Recientemente se ha abierto una importante vía que podría esclarecer las causas del repentino adiós de Suzuki de MotoGP. Según ha confirmado la agencia de noticias Reuters, la policía registró el 27 de abril las oficinas de la marca japonesa en Alemania, su sede central en Europa.

La acción se desarrolló ante las acusaciones por modificación de emisiones contaminantes en vehículos de la firma de Hamamatsu, declararon las autoridades germanas. Al parecer, se podría tratar de otro caso ‘dieselgate’, similar al escándalo que afectó a varios fabricantes automovilísticos de ese país hace unos años.

En este contexto judicial, los fiscales afirmaron que se estaba investigando a personas relacionadas con la marca nipona, quienes habrían sido presuntamente los responsables del empleo de dispositivos de desactivación ilegales. Estos reducen artificialmente la cifra de emisiones de vehículos durante las pruebas de control pertinentes.

Junto a las instalaciones teutonas, también se han inspeccionado sus oficinas en Hungría e Italia, como parte de una acción coordinada de Eurojust. Si finalmente este organismo de control de la justicia penal europea descubriera una acción ilícita, Suzuki podría tener que enfrentarse a sanciones millonarias y a un daño reputacional incalculable.

La noticia dejó en shock a MotoGP

Quizás presionados por las circunstancias, los directivos de la escudería japonesa comunicaron su adiós a la plantilla, tan solo cinco días después del citado registro policial. La decisión se habría dado a conocer en una reunión en el Circuito de Jerez tras los test del pasado lunes. El Consejo de Administración de Suzuki Motor Corporación había tomado la medida irrevocable de abandonar el Mundial de la Categoría Reina al finalizar la presente temporada.

La iniciativa provocó un verdadero terremoto en el paddock. Extrañamente, tras el tsunami informativo Suzuki se ha mantenido en silencio. Ante la gravedad de los hechos, se esperaba una declaración de los japoneses que aclarara la situación.

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Sin embargo, la reacción de la empresa promotora del Mundial dirigida por el español Carmelo Ezpeleta no dejó dudas. Dorna Sports emitió 24 horas más tarde una nota pública advirtiendo que los nipones no podrían abandonar unilateralmente el Mundial. Quizás ahora todo empiece a encajar.

Sea como fuere, nada hacía suponer que uno de los fabricantes históricos se fugara de ese modo. No en vano, apenas dos meses y medio atrás (finales de febrero de 2022) habían fichado a Livio Suppo. El responsable italiano dirigiría el proyecto deportivo como jefe de equipo en las próximas campañas.

El futuro más próximo parecía asegurado. Es más, Suzuki había firmado en 2021 una renovación por cinco años para continuar en el campeonato hasta la conclusión de 2026. Y para que no cupieran dudas al respecto, se incluyó en el contrato una cláusula de penalización.

Si los japoneses repetían la jugada de 2011 y se marchaban sin contar con nadie -regresaron en 2015-, tendrían que hacer frente a una multimillonaria sanción. Sin embargo, siempre tendrán la opción de negociar para alcanzar un acuerdo que favorezca a ambas partes, impidiendo un gran desgaste de imagen que no interesaría ni al fabricante ni a la promotora.

Regresando al presente, las máquinas azules se están mostrando bastante competitivas. De hecho, Rins llegó al GP de España en Jerez colíder junto al francés Fabio Quartararo (Yamaha), ganador en Portugal. Además en el plano colectivo comandan la General de Equipos con 16 puntos más que Aprilia,

Como prueba del compromiso con el certamen de Suzuki, esta temporada había introducido diversas mejoras en las GSX-RR de sus pilotos Álex Rins y Joan Mir. Pero no acaban ahí las ‘curiosidades’. La semana pasada, el corredor mallorquín, campeón de MotoGP 2020, precisamente con la escudería de Hamamatsu, estuvo a punto de rubricar su renovación. Así las cosas, nada hacía presagiar un desenlace tan abrupto como inesperado.

Posibles claves económicas

La falta de comunicación de Suzuki ha dado en los últimos días a diversas teorías, casi todas relacionadas con cuestiones económicas. Como le sucede a otras compañías en el planeta, el impacto de la invasión de Ucrania por Rusia habría erosionado aún más unas cuentas de resultados depauperadas desde la pandemia del COVID-19.

La combinación de ambos factores habría ahondado las dificultades económicas que arrastra Suzuki desde hace varias décadas. De hecho, en los últimos tiempos se ha mantenido en pie con la respiración asistida de Toyota, propietario del 5% de la compañía.

Esa circunstancia se uniría al nuevo prisma de esa marca para vincular a Suzuki con la tecnología eléctrica. De ese modo, cederían todo el protagonismo en MotoGP a otra firma de la que forman parte minoritaria de su accionariado: Yamaha.

Por otra parte, la coronación de Joan Mir en 2020 no cumplió las expectativas comerciales previstas. Obviamente, no haber ganado ninguna carrera en la Categoría Reina desde hace un año y siete meses no ha ayudado a captar nuevos clientes.

No obstante, sus ventas experimentaron cierto incremento en 2021, impulsadas por el mercado chino. Pero al margen de ese repunte circunstancial, lo cierto es que llevan muchos ejercicios con problemas en este apartado, sobre todo, en Europa.

Imágenes de Suzuki: Twitter oficial Team Suzuki ECSTAR.