Festival de la Velocidad de Goodwood, el sueño de un lord inglés

El próximo fin de semana (4-7 julio) se celebra el Festival de la Velocidad de Goodwood 2019 en Inglaterra. Durante cuatro días se convertirá en el epicentro de los fans del motor donde podrán disfrutar con múltiples actividades (exhibiciones, presentaciones y competiciones) relacionadas con el automovilismo.

Como indica el título del evento británico en su 27ª edición, Speed Kings – Motorsport’s Record Breakers, se rendirá tributo a las máquinas y a los pilotos que establecieron registros legendarios en diversas especialidades.

 

 

Concretamente, el homenaje recordará memorables récords de velocidad, triunfos, títulos, poles positions y otros muchos hitos. Obviamente, como sucede desde 1993, el plato fuerte llegará con la subida a la colina.

Se trata de una vertiginosa prueba cronometrada que discurre por los dominios del fundador y anfitrión del Festival de la Velocidad de Goodwood. Bautizado como Charles Henry Gordon-Lennox, ostenta los títulos de 11º Duque de Duke, Lennox y Aubigny y 6º de Gordon.

 

 

No obstante, por aquello de la comodidad, a este simpático petrolhead de 64 años se le conoce por Lord March. El caso es que mitos de la Fórmula 1Rallys (WRC ), Resistencia (WEC) e incluso del Dakar se medirán en los 1.860 metros del recorrido que circunda su domicilio.

Casi todos los participantes llegan con el objetivo de batir el récord que marcó Nick Heidfeld en 1999. Subido a un monoplaza McLaren MP4/13, el piloto alemán detuvo el crono en 41,6 segundos. Hasta hoy, nadie ha logrado derribar ese muro germano.

 

 

Ante un menú tan exquisito, cuyo postre se compone de donuts (trompos) y sirope con sabor a neumático abrasado, no sería extraño que se congregara más de un cuarto de millón de comensales (visitantes).  No en vano, está considerada una de las citas más importantes en el Reino Unido y resto de Europa, a la que acuden numerosas estrellas de la competición.

 

 

 

Así, figuras de la talla de Lewis Hamilton, Nico Rosberg o Sebastian Vettel (Fórmula 1), Valentino Rossi (MotoGP) o el famoso drifter Ken Block, han participado en el exitoso acto.

 

Nace el Festival de la Velocidad de Goodwood

Creado a partir del sueño de un aristócrata apasionado por la gasolina, el Festival de la Velocidad de Goodwood se ha convertido en un acontecimiento multitudinario. Pero, ¿cómo y por qué surgió esta peculiar iniciativa doméstica?

Al fin y al cabo, el proyecto perturbaría durante un largo fin de semana al año la tranquilidad en la idílica hacienda de Lord March. El dulce aroma de las flores que pueblan los preciosos jardines dejaría paso al perfume de alto octanaje. Pero no solo eso.

 

 

 

Y el trinar de los pajarillos se silenciaría temporalmente con las sinfonías V-12. Además, las bestias mecánicas trotarían a sus anchas por los dominios del noble. Ese apocalíptico escenario se completaría con la invasión del latifundio por miles de espectadores plebeyos llegados de todos los rincones del Planeta Motorsport. A pesar de ello, fue dicho y hecho.

 

 

Todo comenzó con una prohibición. La inmensa propiedad del conde está situada en un idílico paraje de la campiña inglesa, en la localidad de Chichester, West Sussex, sur de Inglaterra. Está compuesta por una humilde morada (imponente mansión), rodeada de unos inmensos bosques, un hipódromo y un circuito. Sí, un autódromo a tamaño real en cuya propia pista se organizaron carreras entre 1948 y 1966.

 

 

Sin embargo, los estamentos automovilísticos de la época indicaron que se debían construir unas chicanes para mejorar la seguridad del trazado. La negativa de la familia desterró las competiciones del circuito, convirtiéndose en una pista de pruebas.

Por desgracia, en dicho asfalto fallecería Bruce McLaren, fundador de la escudería de Wiking que luce su apellido. Sucedió mientras testaba un vehículo de la CanAm en 1970.

 

 

 

Pasados los años, Lord March sentía mucha nostalgia de los días de competición en su propiedad. Por ello, programó una reunión automovilística. El derecho de admisión de la fiesta estaría reservado a los vehículos con mejor pedigrí (palmarés) en los Campeonatos de Fórmula 1, Rallys, NASCAR, y que hubieran triunfado en pruebas legendarias como el Rally Dakar o las 24 Horas de Le Mans, etc.

 

 

 

Tampoco se olvidó de invitar a los propietarios de los superdeportivos más exclusivos del mundo, que lucirían sus obras de arte rodantes por la pasarela de las vanidades de Goodwood. Para aumentar aún más el poder de convocatoria, contó con la presencia de grandes pilotos en activo y otros ya retirados de las principales disciplinas. Por último, y como corresponde a todo un gentleman inglés, tendió la mano a la alta sociedad de su país.

 

 

La edición inaugural del Festival de la Velocidad de Goodwood fue un rotundo éxito con más de 20.000 asistentes. Dicha cifra, que superó todas las expectativas, se ha multiplicado por más de diez desde aquel 19 de junio de 1993.

Imágenes del ‘Festival de la Velocidad de Goodwood’: Goodwood

 

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