Tras la conclusión de los test de pretemporada en el Circuito de Losail (Catar), Honda HRC se encuentra sumida en una delicada y alarmante situación por culpa de su nueva máquina.
El propio director de la escudería, Alberto Puig, ha confirmado que la RC213V está generando problemas y dudas entre sus pilotos, a consecuencia de las reacciones de su eje delantero en el paso por curva.
Pero es más, el responsable catalán ha reconocido que atraviesan un mal momento y que desconocen la solución a menos de dos semanas para el arranque de la competición.
Recordar que el calendario 2020 de MotoGP se estrenará en ese mismo escenario del Golfo Pérsico el próximo 8 de marzo.
“Todavía no sabemos con qué moto correremos. Puede que no sea con la nueva ni tampoco con la de hace dos años, sino con la que estaba prevista para el año próximo”, manifestaba el ex corredor español, sembrando más dudas de las que despejaba con sus palabras.
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Tanto es así que durante la última jornada de entrenamientos que ha tenido lugar el pasado lunes, Marc Márquez completó parte del trabajo con la Honda 2019 de Takaaki Nakagami, cuyos patrocinadores se ocultaron bajo una espesa capa de pintura negra.
Ante esta solución de emergencia, Puig se vio obligado a salir a la palestra para afirmar a la prensa que, efectivamente el 93 había rodado con una moto de la campaña anterior.
Esta medida deja al descubierto, no solo las carencias de la Honda de 2020, sino la actual falta de rumbo de la estructura deportiva del ala dorada.
“Todavía no estamos listos. Eso es evidente. Estamos probando algunas cosas del año pasado, de hace dos y de hace tres años. Pero aún tenemos tiempo y lo intentaremos hasta el último momento. Está claro que no se trata de la situación ideal pero es parte de nuestro trabajo buscar una solución”, ha explicado Puig.
Sorprende esta situación cuando tres meses antes habían conquistado con mano de hierro la Triple Corona de Pilotos, Constructores y Marcas.
Márquez, preocupado con la Honda
Los tres corredores oficiales, Marc y Alex Márquez y Cal Crutchlow no han parado de quejarse durante estos ensayos de una montura más difícil -e imprevisible- de controlar de lo habitual en las zonas reviradas.
Tres accidentes en cinco días. Ese es el balance del 93, habitual domador de la bala japonesa. En esa misma sintonía, el australiano del LCR Honda afirmaba que había tenido que pilotar como un amateur para no irse al suelo.
Como muestra de la crisis, el de Cervera terminó el domingo decimocuarto a más de un segundo del mejor tiempo, y lo que es peor, sufrió un brutal accidente sin consecuencias para el deportista, aunque sí para su máquina.
https://twitter.com/HRC_MotoGP/status/1231660115754913793
Por si estos problemas no fueran suficientes, el genio de Cervera todavía no está completamente recuperado de la operación en su hombro derecho a la que fue sometido a finales de noviembre.
De hecho, el sábado tuvo que finalizar hora y media antes de lo previsto su actividad en la pista a consecuencia de su estado físico.
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Ya lo había advertido ese mismo sábado el hexacampeón de la Categoría Reina de las dos ruedas. Preguntado por el estado de su articulación, cuya recuperación está resultando más complicada de lo esperado, respondía que realmente le preocupa mucho más la máquina nipona.
Ante esta situación, al igual que el resto de sus compañeros de marca, el octocampeón de Motociclismo ilerdense está preocupado con el comportamiento de su nueva RC213V.
Cómo deben ser las brutales e imprevisibles reacciones de la bestia nipona que el único piloto capaz de domarla, ahora se muestra impotente.
Así están las cosas en la estructura que ha ejercido una gran tiranía en el Mundial en los últimos años.
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Imagen de portada: Box Repsol.
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