• Quique A. Martínez / fotos: formula1

El desierto de Abu Dhabi decidirá el próximo fin de semana quién es el nuevo campeón del mundo de Fórmula 1. Última carrera de una temporada excitante para aclarar definitivamente un desenlace en el que no se avanzó demasiado en el aguacero de Interlagos este domingo. Ganó de nuevo Hamilton, y de nuevo Nico Rosberg hizo el segundo, para dejar las matemáticas abiertas a la posibilidad de hacer podio para levantar el título, pase lo que pase en el resto. El alemán saboreó con ansia ese segundo puesto después de una carrera de sufrimiento y la perspectiva durante muchas vueltas de perder pie, el fallo de estrategia de Verstappen y una excelente gestión de problemas le dan la vida y le ponen a un paso del sueño.

Tesoro de mucho valor ese abanico abierto hasta un tercer puesto, y siempre que Hamilton gane de nuevo, para asegurar el Mundial, porque el indomable Verstappen llega en plena forma a este final. En medio de la lluvia, Rosberg contempló ayer durante muchas vueltas cómo se le alejaba el Mundial, adelantado por el joven holandés en la 32 y sobreviviendo a un inoportuno trompo, con Hamilton lanzado en el liderato de principio a fin. Paradójicamente, el agua le acabó salvando, con la entrada posterior de Verstappen en boxes para cambiar de neumáticos y, de paso, allanarle el camino que aparentemente no podía horadarle en el asfalto. «El segundo puesto está bien», resumía después de todo. A Verstappen no le bastó con incordiarle: cayó al puesto 16 con la entrada a boxes y levantó hasta el tercero en las últimas quince vueltas. Puro espectáculo.

Aguacero

Hamilton, por su parte, gobernó con holgura una carrera de ritmo sesgado en varias ocasiones por la lluvia (algo que también tenga que agradecer Rosberg) y los incidentes, con el choque contra el muro de Kimi Raikkonen como hito principal, o la emotiva retirada de Massa ante los suyos. En medio del aguacero también hubo buenas noticias, como las actuaciones de pilotos que sonríen en esos entornos, es el caso de Sergio Pérez, que rozó podio durante toda la jornada, o los españoles Alonso y especialmente Carlos Sainz.

Unos y otros se encomiendan ahora al desierto qatarí. Cambio absoluto de tercio en siete días, una semana para decidir el Mundial. El pulso completamente abierto por el título. A Hamilton sólo le vale ganar y esperar, a Rosberg le basta con hacer podio, dos premisas para un final de película.