Alonso, Campeón del WEC tras su segunda victoria en Le Mans

Fernando Alonso ha ganado junto a sus compañeros del Toyota número 8 Sebastian Buemi y Kazuki Nakajima las 24 Horas de Le Mans 2019, última cita de la Súper Temporada 2018-2019 del WEC, disputada este domingo en el Circuito de La Sarthe. Además, en ese mismo trazado galo ha conquistado el título del Mundial de Resistencia. El asturiano ha agrandado así aún más su extenso palmarés.

 

 

Fiel a su tradición, la mítica carrera francesa ha elegido al triunfador, el cual no se ha conocido casi hasta la bandera a cuadros. La cruz de la moneda la ha protagonizado el coche hermano del Toyota Gazoo Racing, el #7. 

A falta de tan solo una hora, su tripulación compuesta por José María ‘Pechito’ López, Kamui Kobayashi y Mike Conway ya acariciaban el triunfo. Tenían la sensación de que la prueba les devolvería la gloria que les había negado un año antes.

 

 

Es más, como el propio Alonso reconoció en unas declaraciones tras subirse a lo más alto del podio, sus compañeros y rivales por la corona habían sido los más rápidos durante todo el fin de semana del 24 Horas de Le Mans 2019.

 

 

Aunque sonaran a cumplido, esas palabras del ovetense describían perfectamente lo que había sucedido desde el pasado jueves en el asfalto de la región del Loira. Sin embargo, después de liderar la prueba durante 23 horas, un pinchazo dejó a los pilotos del Toyota 7 sin un merecido trofeo. Así es la carrera francesa.  

El Toyota 7, inalcanzable

Así, el TS050 número 7 había exhibido un enorme poderío desde la sesión de clasificación en las 24 Horas de Le Mans 2019 donde firmó la pole position con gran autoridad. Su ritmo resultaba a una vuelta inalcanzable para Alonso, Buemi y Nakajima.

 

 

Esas mismas sensaciones se mantuvieron desde que el sábado se dio la salida. Para dejar claras sus intenciones y superioridad, Conway pulverizaba en sendas ocasiones y de forma consecutiva el récord del trazado galo en los primeros giros.

 

 

Con esa prueba de fuerza, el Toyota 7 dejaba muy claro quién era el máximo aspirante y favorito para hacerse con la victoria en las 24 Horas de Le Mans 2019. Así lo pudo comprobar Alonso cuando se subió a su misil por primera vez en la carrera. Apretó los dientes y apenas pudo descontarle tiempo a la bestia que procedía del otro extremo de su propio garaje.

 

 

Con esa sensación de dominio del coche 7, transcurrió la noche. Tras el amanecer y con la llegada de las luces del día se mantuvo la misma tónica. Alonso, un depredador del asfalto, ya se había quejado impotente de la falta de velocidad -unos 5 km/h en recta- de su corcel cojo.

 Ante esta misión imposible y con las trecientas mil personas que abarrotaban el autódromo expectantes, pareció firmarse un armisticio entre las dos tripulaciones del equipo japonés. ¿Se había sellado la paz entre el Toyota 7 y el 8? Así parecía.

Todo cambió a una hora del final

 Ya se habían disputado 23 de las 24 Horas de Le Mans 2019. Y todo hacía pensar en un final feliz para todos los integrantes del equipo nipón. Así, la tripulación del coche 7 conseguiría su preciado botín en forma de triunfo y sus adversarios del coche 8, ni más ni menos, que el cetro de campeones en el Mundial de Resistencia.

Para entonces, Alonso recobraba fuerzas en el hospitality de Toyota con un  plato de pasta. Estaba frente a un televisor cuando observó en la pantalla que el coche 7 rodaba más despacio de lo normal. Inmediatamente acudió a comprobar con los ingenieros qué sucedía.

 

 

Entonces exclamó expectante: “Es un pinchazo”. El olfato del asturiano acertó. La voz del piloto que conducía el coche de la incidencia, el argentino ‘Pechito’ López, indicó que debía pasar por boxes.

Un sensor había reportado una anomalía en la rueda delantera derecha, pero el problemas estaba en una de las traseras. Ese error, posiblemente telemétrico, obligó al coche 7 a realizar una segunda visita al garaje para solucionar la incidencia en el neumático que realmente sufría el problema.

Por precaución, y tras el paso por boxes, el coche completó un nuevo giro a baja velocidad. Esta equivocación puso en bandeja el triunfo en el Toyota 8 y hundió las aspiraciones del TS050 número 7, el cual se reincorporó a la pista por detrás de los nuevos líderes de la prueba.

 

 

El coche vencedor en 2018 reeditaba así el éxito tan solo doce meses después. Una vez más, la mítica cita había decidido al ganador con un final inesperado y dramático. El champán había caído del lado de Alonso, Buemi y Nakajima.

En cuanto al héroe asturiano, con este segundo triunfo en La Sarthe ha aumentado aún más su palmarés y leyenda. Nuevo éxito en un piloto que continúa escribiendo con letras de oro su propia historia en el Motorsport. ¿Cuál será su próximo reto? No hay duda de que quiere convertirse en el corredor más completo de todos los tiempos. Y ya se sabe se trata de un deportista, además de talentoso, muy testarudo.

Imágenes: Toyota.

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