El cambio de aceite es uno de los rasgos básicos y más tenidos en cuenta a la hora de realizar un buen mantenimiento del coche. Pero cambiar el aceite del motor no es suficiente si no va acompañado del cambio del filtro correspondiente.

Como bien es conocido, la función del aceite del motor del coche es reducir la fricción que se produce entre las diferentes partes del motor (bielas, bulones, etc.) y atenuar así su desgaste, lo que representa una mayor vida útil de la mecánica. Por poner algunos ejemplos, el lubricante protege el motor de acciones tales como el desgaste que se produce al arrancar en frío, la corrosión o el sobrecalentamiento, ya que ayuda a refrigerar el motor.

El lubricante se deteriora por el paso del tiempo y de los kilómetros, de tal forma que sus propiedades se deterioran. Pierde su eficacia. Por tanto, debe estar lo más limpio posible para evitar, en la medida que se pueda, problemas como la rotura del motor (o por lo menos que la causa no sea un aceite sucio). Y de su pureza se encarga el filtro, es decir, de retener las partículas extrañas que pueden dañar las piezas y que se encuentran flotando en el lubricante.

Una vez al año

Si el filtro está estropeado, no podrá mantener en su interior las impurezas del aceite, como residuos de la combustión o fragmentos de metal producidos por el roce de los componentes internos, lo que puede provocar daños en el motor. Uno de los problemas más claros de un filtro en mal estado es la bajada del rendimiento mecánico del coche, que además consumirá más carburante y algunas piezas se desgastarán antes.

Hasta ahora, se recomendaba sustituir el aceite y cada 7.500-15.000 kilómetros, si el coche está fabricado antes del año 2000; y cada 15.000-30.000 kilómetros, si es posterior a ese año. Ahora los expertos aconsejan, independientemente del coche que se maneje, cambiar el aceite una vez al año, aunque no se haya llegado al límite de kilómetros. Y con el cambio del lubricante, el del filtro igualmente. No tiene sentido mezclar un aceite limpio con un filtro sucio por los problemas que conlleva.

Si te cuesta pasar por el taller y decides cambiar tú el aceite de tu coche, consulta el manual de mismo, en el que vendrá el tipo que que tu motor necesita. Si has decidido mezclar diferentes marcas, tienes que fijarte en que estos tengan la misma SAE (Society of Automotive Engineers), que define el grado de viscosidad de los lubricantes en condiciones de altas y bajas temperaturas.