En España aún resuena la impresión por el impactante accidente de Carlos Sáinz, despeñándose por un barranco de 20 metros cuando estaba a sólo 5 kilómetros de la meta, tras entrar demasiado rápido en una curva. El veterano piloto, dos veces campeón del mundo de Rallys, se quedaba fuera de otro Dakar pero milagrosamente no lamentaba daños personales y su lamento pasaba por el abandono de una carrera a la que miraba con más optimismo desde la retirada hacía unos días de otro ilustre y favorito al título, como es el catarí De Nasser Al Attiyah.

Llegando a su ecuador, el rally Dakar en su edición sudamericana lamenta también otros abandonos de favoritos (Toby Price es buen ejemplo también), hasta quedarse incluso algo huérfano de referentes en las clasificaciones. Peaje sin duda a pagar por rebañar el atractivo de otro aspecto que está marcando la prueba este año: su extrema dureza. «Dijimos que llegar a La Paz ya sería la primera victoria y así ha sucedido», comentaba Marc Coma, cabeza visible de la organización este domingo. La jornada de descanso en la capital boliviana ha sido tras unas primeras jornadas tumultuosas que confirman las expectativas de una prueba que este año iba a ser extremadamente dura.

Uno de cada cinco ya han abandonado

El diseño de la carrera hasta ahora ha intercalado un calor extremo con largas jornadas de lluvias torrenciales y otros condicionantes meterológicos, que obligaron por ejemplo a rebajar la quinta etapa (Tupiza-Oruro) a un tercio del recorrido inicial, y a cancelar la sexta (Oruro-La Paz) tras sufrir el campamento una inesperada lluvia torrencial que convirtió la pista en un lodazal impracticable. Varias jornadas de esta semana también están pendientes de confirmarse si podrán llevarse a cabo, especialmente este lunes y martes, en la modalidad maratón y sin asistencia técnica.

La dureza de la prueba se confirma también en el otro dato estadístico: en la primera semana, incluyendo una jornada suspendida y otra muy acortada, se han producido 75 retiradas, uno de cada cinco participantes, y contando además con el nivel de muchos de ellos. Especialmente sangrante ha sido el caso de las motos, con 33 retiradas de las 144 que tomaron la salida. En coches, se han quedado por el camino 17 de los 77 participantes iniciales.

Las palabras de Coma hablando de la «victoria» que era simplemente llegar a La Paz se reafirman. El Dakar entra ahora en su fase decisiva, con nuevas dificultades añadidas: el tránsito por el desierto de Uyuni, el mayor y más alto (3.600 metros) salar del mundo; o los mil kilómetros de recorrido el miércoles entre Salta y Chilecito, en las estribaciones de la cordillera de Los Andes.