El camión que adelantó a 200 km/h a un coche en el Dakar 1988

A lo largo de la Historia del Rally Dakar se han vivido infinidad de batallas épicas y momentos deportivos inolvidables. Sin embargo, uno de ellos sobresale por encima de todos. Se trata del mítico adelantamiento de un camión a un coche en el Dakar de 1988.

Los dos vehículos mantuvieron un duelo memorable a más de 200 km/h por las arenas de África. Tanto es así, que a día de hoy se mantiene como una las imágenes más recordadas e icónicas del Motorsport que permanecen en la retina de los grandes aficionados.

Los felices años 80

El origen que derivó en ese memorable mano a mano se remonta a los ‘locos’ años 80. En aquella época el mundo del motor vivía una fiebre por la potencia y prestaciones extremas.

Ahí están los ejemplos de los salvajes Grupo B de Mundial de Rallys, los Grupo C en el Campeonato de Resistencia… y los camiones del Dakar. Cualquier categoría y especialidad veneraba con sus prototipos a una divinidad llamada velocidad.

 

 

Fue una época en la que la creatividad -y algunas insensateces- de los ingenieros brillaban especialmente. Aunque había recibido diversas críticas por la deriva (escalada de potencia) que estaban mostrando las citas del Motor, la FIA (Federación Internacional del Automovilismo) seguía mirando para otro lado.

No obstante, poco a poco se incrementaron los rumores que anunciaban su futura prohibición en las diversas categorías automovilísticas. Esto provocó un éxodo rumbo al famoso Rally, un paraíso ajeno a dicha regulación y restricciones. Fue la semilla que germinaría en el más famoso adelantamiento de un camión a un coche en el Dakar

El sueño de un millonario holandés

En ese contexto, un acaudalado empresario holandés, propietario de la mayor compañía de transporte de su país, se contagió de la fiebre del momento. El sueño de Jan De Rooy consistía en derrotar con un camión a los coches del Dakar. Con ese fin, se inscribió por primera vez en el raid en 1982. Participó con un DAF prácticamente de serie de apenas 200 caballos. Tuvo que abandonar, pero quedó convencido de las posibilidades de su idea.

Con el paso de los años y de su experiencia en la carrera, el padre de Gerard fue desarrollando y perfeccionando su concepto. Quería convertirse en el ganador de la carrera más dura del mundo con un ‘mastodonte’ mecánico de varias toneladas de peso. Y no se detendría hasta conseguirlo.

 

 

Hoy en día, este objetivo puede parecer ‘algo’ extravagante, por no decir directamente, una locura. Sin embargo, en aquellos tiempos no existían las limitaciones de velocidad ni potencia ni preparaciones mecánicas. Se puede afirmar que (casi) todo estaba permitido desde el punto de vista técnico en las competiciones.

Mientras, De Rooy seguía sumando participaciones y abandonos. Solo consiguió acabar el 38º en el primer año que vio la bandera a cuadros, y el 34º en el siguiente.

Los ‘misiles’ de Jan

Espoleado por los discretos resultados cosechados en el raid e inspirado por el espíritu de entonces, trabajó en varios ‘experimentos’. El primero de ellos, el DAF ‘Tweekoppige Monster’ o ‘Monstruo Bicéfalo’. El engendro estaba concebido como un camión bimotor de dos cabinas y un motor en cada eje. Aunque erogaba 800 caballos,

 

 

Jan se tuvo que retirar. A pesar del (relativo) fracaso, la fiera se convirtió en uno de los modelos más extravagantes que se recuerdan. se van dando los primeros pasos que confluirán en el adelantamiento de un camión a un coche en el Dakar.

DAF F3300

En la temporada siguiente, compitió con un DAF F3300. Montaba dos motores, uno delantero con 420 CV que propulsaba el eje trasero, así como otro posterior que gracias a sus 340 CV hacía lo propio con el delantero.

 

 

Se proclamó vencedor en su categoría, si bien, perdió el título tras recibir una sanción de quince horas. La organización le impuso dicha penalización por realizar unas reparaciones prohibidas. Cayó al segundo puesto.

DAF FAV 3600 Turbo Twin o Turbo Twin I

De Rooy volvió a la carga en 1986, esta vez con el respaldo directo del fabricante DAF. Tras demostrar su perseverancia y manos al volante, el holandés se había ganado la confianza de la marca.

 

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Así nace el DAF FAV 3600 Turbo Twin. Sus dos motores turboalimentados de 11.600 cc y 500 CV cada uno, desarrollan 1.000 CV, asociados a sendas cajas de cambio automáticas.

Dicha potencia, unida a que la carga que transportaba se había reducido a tres ruedas de repuesto y un juego básico de herramientas, le permitían disparar sus 10,5 toneladas a 200 km/h.

Peleó de tú a tú con los coches y se mantuvo en el Top 10. Sin embargo, cuando solo restaban tres etapas para la llegada, se rompió el eje delantero. Adiós a sus esperanzas.

Turbo Twin II

Después de la decepción, decidió regresar una temporada más tarde. Realizó diversas modificaciones en el modelo para rebajar su peso ¡una tonelada! Además, instaló la cabina del DAF 3600, más liviana, así como diversas mejoras aerodinámicas. Logró una victoria aplastante en la categoría de camiones, pero ni tan siquiera se clasificó entre los diez primeros de la General.

La bestia de 1.200 cv: DAF Turbo Twin X1

Llega el instante del adelantamiento de un camión a un coche en el Dakar. Por fin nació la fiera del desierto definitiva, el DAF Turbo Twin X1. Poseía dos motores de 600 caballos, alcanzado 1.200 CV. Se ayudaba de ¡seis turbos!, tres de ellos de geometría variable en cada propulsor para ofrecer el máximo rendimiento en cualquier régimen.

 

 

Disponía de dos cajas de cambio automáticas y sincronizadas que se accionan con una sola palanca. Su par motor, eterno, lo convirtió en un enemigo imbatible en las dunas.

Aceleraba de 0 a 100 km/h en 8,5 segundos y desarrollaba una velocidad punta autolimitada a 220 km/h. En esa edición presentó dos unidades, una pilotada por su amigo Theo Van de Rijt que serviría de asistencia y la otra por De Rooy.
Jan protagonizó con el Peugeot 405 T16 de Ari Vatanen el famoso duelo a más de 200 km/h. Evidentemente, el neerlandés superó al finlandés, dejando para la Historia uno de los mejores momentos del raid.

La tragedia

Solo un par de días después de esta hazaña, sucedió una tragedia mortal. Sucedió en la etapa Djabo-Adadez cerca del desierto del Teneré. El DAF de su colega Van de Rijt sufrió un brutal accidente. Tras saltar una duna cortada a unos 200 km/h, el camión dio seis vueltas de campana.

Como resultado del brutal impacto, el copiloto Kees Van Loevez salió despedido de la cabina tras atravesar el parabrisas. Falleció en el acto. El piloto y el mecánico resultaron gravemente heridos.

 

Ante la consternación por lo sucedido, el equipo con Jan De Rooy a la cabeza decidió retirarse. Ocupaba la quinta plaza en la tabla. Se desvanecía así su sueño para siempre. Por cierto, la organización de la carrera, la Thierry Sabine Organization (TSO), prohibió la categoría de camiones T4.

Imagen principal del adelantamiento de un camión a un coche en el Dakar: YouTube.

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