por M.C. – foto: @MercedesAMGF1 | Los circuitos urbanos son siempre sinónimo de espectáculo: trazados diferentes que hacen de la Fórmula 1 una competición imprevisible y emocionante. Y el circuito de Bakú ha conseguido auparse, en tan solo tres ediciones, en uno de los top. El Azerbaijan GP 2018 ha sido un ejemplo de carrera loca, accidentada, ilógica en cuestión de tácticas de equipo, épica y magistral para otros… Y en ese tótum revolútum el principal triunfador ha sido Lewis Hamilton (Mercedes) que se llevó la victoria cuando ni él mismo lo esperaba.

Porque después de choques, abandonos, safety cars, etc., el triunfo parecía destinado a Valtteri Bottas (Mercedes), pero a falta de tres giros un pinchazo se lo robó y se lo entregó a su compañero Hamilton, que además se convierte en líder del Mundial. Este fue el último contratiempo de un Gran Premio espectacular: con problemas de pinchazos para Sebastian Vettel (Ferrari) que terminó cuarto, con errores inesperados como el de Grosjean (Haas Team) en pleno safety car, con choques absurdos como el de Sergei Sirotkin (Williams) con Fernando Alonso, con guerras fratricidas como las de Daniel Ricciardo y Max Verstappen (de Red Bull)…

Alonso y Red Bull, la cara y la cruz

De todo ello dos aspectos merecen mención aparte. En Red Bull no solo el toro que les representa enviste, también sus propios pilotos se envisten entre ellos. En Bakú fue Ricciardo quien le dio por detrás a Verstappen, pero previamente había sido el rebelde holandés quien se interpuso de todas las maneras posibles a su compañero australiano. Ni egos ni roles parecen estar claros en una de las pocas escuderías que puede discutir el dominio de Mercedes y Ferrari, pero el enemigo está en casa.

Otro de los destacados fue el piloto de McLaren Fernando Alonso. Al inicio de la prueba, cuando Sirotkin le dañaba el coche y a duras penas llegaba sobre dos ruedas al pitlane, nada hacía presagiar que fuera a poder incluso acabar la prueba. Pero no solo eso, se arregló su monoplaza como se pudo, volvió a pista y desde la decimoséptima posición fue remontando -en ocasiones con cierto beneficio de los safety cars- hasta alcanzar la séptima posición. Todo un logro vistos los inicios. De hecho, con un coche del que aseguran que está sin terminar de desarrollar, el español de McLaren ha consiguido sumar puntos por cuarto premio consecutivo, algo olvidado en los últimos años. Tal fue su pericia que él mismo reconocía haber vivido la mejor carrera de su vida.

En el plano de los triunfadores no pueden olvidarse otros tres nombres: Kimi Raikkonen, Sergio Pérez y Carlos Sáinz. El finlandés de Ferrari acabó de nuevo en el podio (segundo) y demostró que “a la chita callando” está siempre arriba. El caso de Sergio Pérez y su Force India, en tercera posición, supone el renacer de la escudería que ya había dado buenas sensaciones en las jornadas de clasificación. Por último, el español de Renault terminó quinto dando un paso al frente y mostrando su sobriedad al volante.

Próxima cita: Gran Premio de España en el circuito de Cataluña.