Muy malas noticias para la familia del Dakar. Este domingo 10 de enero todos los participantes y la organización están de luto tras el fallecimiento de una figura histórica.

La noticia que se ha conocido tras la finalización de la séptima etapa, primera parte de la maratón, ha sido un duro mazazo para los aventureros. Allí en Sakaka donde han cruzado la meta, han recibido la noticia del óbito de Hubert Auriol a los 68 años de edad en Francia.

Nacido en Etiopía en 1952, su desaparición se ha producido “por un accidente cardiovascular tras una larga batalla contra la enfermedad”. Esas son las palabras de la familia recogidas por la agencia AFP.

A pesar de su delicado estado de salud, Auriol visitó el vivac situado en Riad en 2020, primera edición en Arabia Saudí, donde se reencontró con un buen número de viejos conocidos.

Un mito presente en la primera edición

Todo un icono de la prueba más dura del mundo, el ex piloto estuvo presente en la edición inaugural en 1979 a lomos de una Yamaha. Tan solo una temporada más tarde logró su primer triunfo de etapa, preludio de su primer trofeo del tuareg que conquistaría en el curso posterior (1981) con el apoyo de BMW.

Para demostrar que no había sido una casualidad, Hubert Auriol revalidaría la gesta en 1983. Y aunque siempre será recordado por sus inolvidables duelos sobre dos ruedas con Cyril Neuveu, en 1992 llegó un éxito que le encumbraría al Olimpo de la especialidad.

Subido a un Mitsubishi Pajero que compartió con su copiloto Philippe Monnet, pasó a los anales de la Historia por convertirse en el primer héroe que ganaba en coches y motos.

Un aventurero total y polifacético

Apodado El Africano, su trayectoria profesional estuvo salpicada de verdaderas hazañas… y no solo en el Motorsport. Un ejemplo de ello fue la expedición que, tras fracturarse ambos tobillos en 1987, emprendió junto a Patrick Fourticq, Arthur Powell y Henri Pescarolo.

Su objetivo: batir el récord de la vuelta al mundo en avión de hélices. La plusmarca de la época pertenecía desde 1938 al excéntrico Howard Hughes, quien invirtió tres días, diecinueve horas y catorce minutos en el planetario trayecto.

Sin embargo, con un bimotor modelo ‘Lockheed L-18 Lodestar’ establecieron un tiempo de 88 horas y 49 minutos. Por cierto, a día hoy se mantiene dicho registro imbatido.

Un brillante director del Dakar

Mientras, Auriol continuó compitiendo en el Dakar y se mantuvo hasta 1994 cuando finalizó segundo. Tan solo un curso después se convirtió en el director de la carrera, cargo que desempeñó hasta 2003.

En esa época ya se había fundado la empresa rectora del raid, Amaury Sport Organisation (ASO). También entonces se creó, en un intento por recuperar la esencia y verdadero espíritu de la prueba, pervertido por la entrada de grandes fabricantes, la categoría ‘Malle Moto’, sin asistencia.

Solo dos años antes, en 1992 la aparición del GPS había revolucionado el modo de abordar la orientación de los participantes, gracias a este innovador sistema de navegación que facilitó mucho esa tarea.

Al margen del Dakar, también organizó junto a otro ganador del Dakar, Jean-Louis Schelesser, la edición inaugural de la África Race. Fue una hábil jugada, aprovechando la cancelación de la mítica prueba ante las amenazas terroristas, temor que apartaría para siempre a la carrera de aquel continente.

Haciendo gala de su polivalencia, Auriol también conquistó cinco coronas en la Copa del Mundo Cross-Country, lo que le abrió definitivamente las puertas del Salón de la Fama de la FIA en 2019.

Visiblemente emocionado, el actual director de la prueba, David Castera, ha comentado sobre la noticia: “Fue quien en parte me marcó el camino en los años 80″.

«Yo le seguía porque mi padre era su mecánico. Es una persona que me ha inspirado. Por ello hoy me cuesta expresar lo que siento. Tuve la suerte de disputar mi primer Dakar con el dorsal número 100, todo un icono”.

Imágenes de Hubert Auriol: Dakar.