Por H. Mayor – foto: f1.com | Segunda retirada, esta vez parece que definitiva y aunque sólo de la F1. Con Felipe Massa se termina, ahora sí, una etapa de quince años en el Mundial, que pierde así a su penúltimo clásico y eslabón de la generación que inició el siglo XXI sobre el asfalto. Este fin de semana en Brasil revivirá por tanto las emotivas escenas del año pasado y después en Abu Dhabi, si no hay sorpresas, parará el contador en 269 carreras disputadas, 41 podios y 11 victorias en 3 equipos diferentes (Sauber, Ferrari y Williams).

El año que viene sólo quedará Kimi Raikkonen como representante del grupo de pilotos que debutó (él en 2001) en los albores del nuevo siglo. Felipe Massa entró en 2002 a formar parte de una competición que entonces dominaban Michael Schumacher y su escudero Rubens Barrichello en Ferrari, y cuyos referentes eran también los Juan Pablo Montoya, Ralf Schumacher, Nick Heidfield, David Coulthard o el retirado hace no mucho Jenson Button. El siguiente más veterano de la actual parrilla es Fernando Alonso (2003), tras el cual hay que irse hasta 2017 para encontrar a otros integrantes del actual Mundial: Lewis Hamilton y Sebastian Vettel.

Retiro forzado

Es de dominio público que el retiro de Massa el año pasado venía forzado por la falta de asiento para la temporada siguiente, y cómo se cambió el guión con la salida de Valtteri Bottas a Mercedes y la llamada de Williams para que Felipe volviera y apadrinara el debut de Lance Stroll. Ahora, piloto y equipo confirman el cierra de una etapa de tres lustros que acaba con unos años muy discretos, en el recuerdo de los mejores tiempos que sin duda vivió su carrera.

Quizá a Massa, un piloto de enorme calidad técnica, le ha faltado ese último detalle que distingue a los campeones. Nunca estuvo tan cerca de lograrlo como en 2008, cuando cedió por un punto a un joven Hamilton el primero de sus cuatro mundiales en aquella temporada trepidante. Fueron esos años a continuación de la retirada de la leyenda Michael Schumacher cuando Massa y Raikkonen manejaron la posibilidad real de ganar un Mundial con Ferrari, donde no había un liderazgo claro. Lo logró el finés en 2007, mientras la sensación que deja el brasileño es que siempre ha estado más cómodo en ese papel secundario, primero a la sombra de la leyenda alemana, después de Fernando Alonso.

Falta de talento joven

Pierde a uno de sus ‘clásicos’ la parrilla de un Mundial sobre el que cada vez más voces alertan de la falta de oportunidades que brinda a los jóvenes. En 2018 casi se repetirán de hecho los nombres de 2017, Williams deja evidentemente una plaza libre y será una de las pocas que podría abrir un espacio a otro talento por pulir (suenan Di Resta, Kvyat, Wehrlein…), siempre que no recurra al regreso de Kubica.