(foto: Formula 1)

Lewis Hamilton va disparado hacia su cuarto Mundial. Es más, la sensación a día de hoy es que ese hito es algo que va a suceder, salvo inesperada concatenación de acontecimientos. Las dudas en el arranque de la competición parecen ya un lejano recuerdo en el entorno del ocupante de ese Mercedes que últimamente vuela sobre el asfalto: en Hungría sumó este fin de semana su quinta victoria en las seis últimas carreras, y el acceso a un liderato del que desbanca a su compañero Nico Rosberg, que está ahora a sólo 6 puntos, pero emitiendo una sensación de incapacidad de frenar semejante escalada. Hungría también remarca la fuerte tendencia de dominio de la escudería alemana en una parrilla donde Ferrari mejora detalles dentro de la debilidad, Red Bull va creciendo como buen animador, y el resto sigue en otro plano de acción.

“Estoy contento de ser el primero del resto”. Eran palabras de Fernando Alonso (McLaren) al término de la prueba húngara; el bicampeón hablaba en positivo pero a la vez realista (resignado) ante una situación que le mantiene y le va a mantener lejos de la zona alta. La batalla con su compatriota Carlos Sainz (Toro Rosso) por el séptimo puesto fue preciosa pero fuera de cámara, una cámara que enfoca el dominio de un Hamilton (Mercedes) que si bien ya no muestra la agresividad y hasta ese punto de ansiedad en anteriores pruebas, sí que sigue a lo suyo y sin miramientos ni siquiera con su compañero Rosberg. El británico sólo relaja el gesto en el podio, uno más, probablemente desde la consciencia de que otro Mundial está muy cerca si no surgen imprevistos.

Poco movimiento

Tras él, una carrera con poco movimiento y sin demasiados momentos excitantes. Además de la guerra Alonso-Sáinz, lo mejor fue la escalada de Raikkonen (Ferrari) hasta el sexto puesto saliendo desde atrás, aunque con el amargor de no poder superar al efervescente Verstappen (Red Bull). Tampoco pudo Vettel con Ricciardo, viva imagen de que los avances de Ferrari no van tampoco a la velocidad deseada, ni sirven para gobernar a unos Red Bull que siguen siendo noticia agradable.