Hoy se cumplen 70 años de la primera carrera de Fórmula 1 disputada el 13 de mayo de 1950 con motivo del Gran Premio de Gran Bretaña. La cita que dio lugar al nacimiento del Campeonato Mundial de la Categoría Reina, tuvo lugar en un antiguo aeródromo militar llamado Silverstone.

Sus pistas, empleadas durante la II Guerra Militar por los bombarderos de la Royal Air Force (RAF), fueron testigo del nacimiento del Gran Circo. Aquella temporada, cuyo vencedor final fue  estuvo compuesta por siete rondas en Inglaterra, Mónaco, Indianápolis, Suiza, Bélgica, Francia e Italia.

Un exitoso evento deportivo y social

La población inglesa, famosa por su pasión hacia el Motorsport, acudió en masa al evento deportivo y social más importante del momento. A esa primera carrera de Fórmula 1 asistieron más de cien mil espectadores, incluyendo miembros de la alta sociedad.

Así, la burguesía, la nobleza y la monarquía nacional y extranjera estuvieron representadas en las tribunas… y en el asfalto. Como máxima institución asistió el rey Jorge VI, acompañado por sus hijas Isabel II, actual reina de Inglaterra, y la princesa Margarita.

Una parrilla con pilotos de 50 años

La variopinta lista de inscritos para el Gran Premio de Gran Bretaña de 1950 estaba compuesta por 26 pilotos de 9 nacionalidades, cuya media de edad rondaba los 39 años.

De hecho, el corredor más joven, Geoffrey Crossley, con 29 primaveras, se encontró en la pista con veteranos como Louis Chiron, Philippe Etancelin y Luigi Fagioli, que superaban individualmente el medio siglo de edad.

Otros participantes como Nino Farina y Juan Manuel Fangio, ya habían cumplido los 43 y 38 años, respectivamente. No hay duda de que eran otros tiempos.

La clasificación, un monólogo de Alfa Romeo

Envuelta en un gran ambiente, la prueba se inició el jueves 11 y el viernes de 12 de mayo con las sesiones de clasificación. En la lista de coches participantes destacaban los todopoderosos Alfa Romeo.

Contaban con una gran alineación, compuesta por Juan Manuel Fangio, Giuseppe ‘Nino’ Farina y Luigi Fagioli, a los que se unió el piloto local Reg Parnell.

Los monoplazas italianos constituían, junto a los bólidos franceses de Talbot, los únicos bólidos de equipos oficiales. Como curiosidad, Ferrari no tomó parte de la competición.

Como era de esperar, el dominio de la formación transalpina quedó reflejado en la tabla de tiempos. Los ‘Alfetta’ 158 coparon las cuatro primeras plazas.

Farina se llevó la pole position con un crono 1:50.8 segundos, precediendo a sus compañeros Fagioli (+0.2), Fangio (+0.4) y Parnell (+1.4). El representante ‘real’, el Príncipe Bira de Siam, ocupó la quinta plaza al volante de un Maserati 4CLT/48.

Dominio de los coches italianos y victoria de Farina

La superioridad demostrada por los coches italianos en la clasificación hacía presagiar que la primera carrera de Fórmula 1 estuviera teñida de rojo… Alfa Romeo. Y así fue. Tras el semáforo verde, Farina, Fagioli y Fangio se escaparon en pos de por la gloria.

Sin embargo, el corredor argentino quedó fuera de combate en la vuelta 62 por un problema mecánico. El infortunio de ‘El Chueco’ dejó el camino libre a Farina. El italiano, después de 2 horas 13 minutos y 23,6 segundos de una carrera que había liderado en 63 de sus 70 giros, se llevó la victoria. A 2,6 segundos entró Farioli.

Y para delirio del público nacional, la retirada del argentino permitió a Parnell ocupar el tercer escalón del podio a cincuenta y seis segundos del ganador.

Los cohetes del trébol aplastaron a sus rivales de tal modo que el cuarto clasificado, el Talbot Lago T26C-DA de Yves Giraud Cabantous, recibió la bandera a cuadros con ¡dos vueltas perdidas! respecto a ellos.

Tras su triunfo, Farina sumó nueve puntos que se convertirían en 30 al final del curso, gracias a sus victorias en Suiza e Italia, conquistando el Mundial con tres unidades de ventaja sobre Fangio.