Las 5 mejores carreras de la Fórmula 1
Acompáñanos en un emocionante viaje al pasado donde repasaremos las mejores carreras de la Fórmula 1 de toda la Historia. Recordaremos aquellas citas legendarias que por su emoción y espectacularidad forman parte del Olimpo de la especialidad.
Sus protagonistas, estrellas como Juan Manuel Fangio, Ayrton Senna o Gilles Villeneuve, convirtieron esas actuaciones en proezas míticas. Se trata de cinco obras maestras que sintetizan la esencia competitiva.

Alemania 1957: Fangio y ‘lo imposible’

La gesta de Juan Manuel Fangio en el Gran Premio de Alemania de 1957 le aupó al firmamento más rutilante del Gran Circo. Aconteció un memorable 4 de agosto, cuando ‘El Maestro’ selló una remontada inverosímil en uno de los escenarios más peligrosos y exigentes del mundo.
Nos referimos al vetusto, gigantesco y traicionero Circuito de NürburgringNordschleife, un trazado con 20.854 km y 73 curvas, bautizado como ‘El Infierno Verde’ por el tricampeón británico (1969, 71 y 73) Jackie Stewart.
El argentino, que llegó al frente del Campeonato con doce puntos de ventaja, partió desde la pole position que mantuvo en la salida. Al volante de su Maserati, impuso un ritmo demoledor.
Pronto abrió un hueco superior a los 30 segundos respecto a los Ferrari de Mike Hawthorn y Peter Collins, sus adversarios por el triunfo. Parecía que Fangio tenía controlada la prueba.
Sin embargo, todo cambió en una desastroso pit stop. Los mecánicos tuvieron problemas con una de las ruedas y el sudamericano se reincorporó 50 segundos por detrás de los líderes. Recortar ese tiempo en aquel diabólico y traicionero trazado resultaba prácticamente imposible… y sobre todo, suicida.

 

Pero, entonces emergió la magia del corredor de Balcarce. Se lanzó literalmente a tumba abierta, más allá de lo temerario. Marcó una vuelta rápida tras otra, iniciando una persecución desesperada.
Nadie pensaba que pudiera dar caza a los dos coches rojos fugados. Rompió el récord de la pista ¡nueve veces en diez vueltas, siete de ellas seguidas!
Y así fue cómo en la última vuelta superó a los Ferrari de Hawthorn y Collins.
Fangio vio la bandera a cuadros el primero con tres segundos y medio de ventaja. El público presente en el autódromo germano no podía creer lo que acababa de presenciar.
Fue la última victoria de Fangio en la Fórmula 1 en la temporada de su quinta corona. Por cierto, considerado un corredor frío y calculador, el argentino reconoció en una entrevista que en aquella cita fue la única vez que no tuvo todo bajo control.
Es evidente por qué aquella exhibición está considera una de las mejores carreras de la Fórmula 1

Francia 1979: Duelo de gigantes

El Circuito de Dijon-Prenois albergó el 1 de julio de 1979 el Gran Premio de 1979. En esa jornada, Jean Pierre Jabouille pasó a la posteridad al firmar la primera victoria de un motor turboalimentado (Renault RS10).
Sin embargo, nadie le recuerda, sino a los héroes que llegaron tras él. Porque su compañero René Arnoux y Gilles Villeneuve (Ferrari) protagonizaron uno de los finales más emocionantes que se recuerdan.
Se retaron en un despiadado duelo durante las últimas vueltas, que pertenecen al mito de la Categoría Reina.
El intercambio de golpes entre ambos ‘gladiadores’ resultó espeluznante. Adelantamientos al límite, frenadas vertiginosas, continuos ‘rueda a rueda’, pérdidas de trazada y adherencia, mantuvieron al público en pie.
Las gomas echaban humo en cada curva. El ganador del combate fue el canadiense de Ferrari, por delante del ídolo local y su Renault.
Según cuenta la leyenda, los monoplazas llegaron a meta prácticamente sin frenos, ni neumáticos y los motores agotados, por el esfuerzo de la batalla. Un combate tan intenso y duro como respetuoso y limpio por parte de los contendientes.
De hecho, al bajarse de sus respectivos bólidos se fundieron en un abrazo. No hay duda de que los más de cien mil espectadores disfrutaron con una de las mejores carreras de la Fórmula 1.

Mónaco 1984: Proeza de Senna

Otra de las más recordadas y mejores carreras de la Fórmula 1 tuvo lugar el 3 de junio de 1984 en el Gran Premio de Mónaco. La prueba se desarrolló bajo un diluvio terrible que convirtió el trazado en un océano… de accidentes y salidas de pista.
Las condiciones del asfalto hicieron que las manos y valentía de los pilotos resultaran más importantes que las prestaciones puras de los bólidos. En estas circunstancias críticas emergió un debutante llamado Ayrton Senna.
A los mandos del Toleman-Hart TG184-2, uno de los peores coches de la parrilla, impartió una lección magistral sobre mojado. Arrancó decimotercero en su sexta cita en la Fórmula 1. Y comenzó a devorar rivales uno tras otro. Llegó a imponer un ritmo tan elevado que en el giro 24 le permitió marcar la vuelta rápida.
El público se frotaba los ojos y los jefes de equipo se preguntaban quién era ese corredor paliducho y delgado. Ya estaba segundo y tenía en su punto de mira al líder: Alain Prost.
Sin embargo, el director de carrera, Jacky Ickx, cedió a los deseos del corredor francés y se suspendió la prueba en la vuelta
32.  Senna se enfureció al considerar que esa decisión le había privado de su primer triunfo en el Gran Circo.
A pesar de esta frustración, demostró una pericia extraordinaria bajo la lluvia que no pasó inadvertida para el resto de integrantes de la Categoría Reina. Se convirtió en su tarjeta de presentación.

Japón 1988: Primer título de Senna tras una remontada épica

La temporada de 1988 había sido una pavorosa lucha fratricida entre los dos corredores de McLaren. El reinado de Alain Prost se tambaleaba por el ímpetu y velocidad de su nuevo compañero: Ayrton Senna.
La rivalidad había traspasado la pista para entrar en el terreno personal. La tensión y el odio deportivo resultaban evidentes en el seno de la escudería británica. El francés y el brasileño se habían retirado la palabra.
El Campeonato se había convertido en un combate entre ambos. Así se llegó a la última cita del curso en el Circuito de Suzuka. Senna partió desde la primera plaza, pero caló su MP4/4 nada más ponerse verde el semáforo.
Aprovechando una leve bajada en la recta de Suzuka, el de Sao Paulo pudo reemprender la marcha. Sin embargo, había caído hasta la decimocuarta plaza. Mientras que su enemigo por la gloria (Prost) lideraba la prueba y se escapaba directo al título.
Entonces Ayrton Inició una remontada antológica. Al final de la segunda vuelta ya había recuperado seis posiciones y rodaba octavo. Y tan solo dos vueltas más tarde, ascendía otras cuatro plazas hasta ponerse a una del podio.
Alrededor de la vuelta 14 comenzó a llover. Este hecho, unido a los problemas de Prost con la caja de cambios, hizo que el brasileño se situara a rebufo del McLaren del francés.
En la vuelta 28, y aprovechando la maniobra ante un doblado, Senna se tiró al hueco. Con ese movimiento antológico le ganó la posición  a Prost, la carrera y el título. Había nacido un mito.

Brasil 2008: El final más emocionante

La última cita del curso de 2008, el Gran Premio de Brasil, coronaría a un nuevo monarca de la especialidad. Lewis Hamilton (McLaren) con una renta de siete puntos sobre Felipe Massa (Ferrari), debía jugarse el título en el Autódromo de Interlagos en casa de su rival.
A pesar de la lluvia, el de Sao Paulo cruzó la meta el primero. Virtualmente era campeón, ya que el aspirante británico viajaba en sexto lugar, apartado de la gloria.

 

De hecho, se desató la alegría en el box del Cavallino Rampante y en las gradas. Sin embargo, en la última curva (Juncao) de la prueba, Hamilton adelantó al Toyota de Timo Glock.
El inglés escaló al quinto puesto, arrebatándole el cetro del modo más cruel y por un solo punto en los instantes finales. Sin duda, se convirtió de uno de los desenlaces más dramáticos y emocionantes en la Categoría Reina.
Imagen portada: Flickr zhouxuan12345678

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