por H. Mayor – foto: f1.com | No hay un matrimonio más convulso ahora mismo en la F1 que el de McLaren Honda. Unidos por contrato hasta 2021, la temporada de pesadilla que están desarrollando juntos y con el nefasto motor MCL32 como epicentro hace sin embargo que desde hace meses se apuntara a la posibilidad de un divorcio a muy corto plazo. Esta llegó a estar muy viva, e incluso cerca de propiciarse hace unas semanas de súbito cuando la locura de cambiar de suministrador de motor sobre la marcha en el transcurso de la temporada pasó a ser una opción real.

La realidad actual, sin embargo, es que tanto a la escudería británica como a la factoría nipona se les acaban las alternativas, y cada vez parece más probable que el matrimonio siga, a regañadientes eso sí. Ferrari y Mercedes ya han confirmado a McLaren que no le suministrarán equipos, por lo que la única alternativa factible que quedaría es Renault (que trabaja ya para Red Bull y Toro Rosso). Y, por supuesto, Honda sí proclama su interés en seguir en el proyecto común hasta la finalización del contrato, principalmente porque en Woking está prácticamente ya su única vía para seguir en la Fórmula 1.

Detrás de las declaraciones oficiales de ambas partes se ha tejido estos meses un intenso entramado de negociaciones y trabajo con terceros en busca de alternativas. En Honda se pusieron manos a la obra y abrieron conversaciones con Toro Rosso y Sauber para comenzar a suministrarles motores. La primera al final seguirá con Renault y la segunda ha firmado con Ferrari.

Intrahistoria

Los dirigentes de Honda han lamentado en público no haber alcanzado estos acuerdos, remarcando lo valioso que habría sido para su proyecto el haber podido contrastar datos y bancos de pruebas diferentes. La intrahistoria de su lamento es también el quedarse sin otras alternativas en el caso de que McLaren no quiera seguir. Ahora mismo mantienen ese vínculo contractual a cuatro años como principal argumento, dado que desde la escudería británica se ha expresado un notable malestar con la labor de la factoría nipona este año. Romper ese contrato significaría un duro golpe para Honda, con la imagen ya muy lastrada este año no sólo en lo deportivo, sino también en el exterior.

Las últimas mejoras introducidas en el que probablemente sea el peor y menos fiable motor de la parrilla no contentan por ahora a McLaren. En Honda insisten en que en 2018 habrá un motor potente y fiable, y a la vez se acerca septiembre como plazo límite para llevar a cabo la transición a un propulsor nuevo sobre el que desarrollar un vehículo. Mientras, el bicampeón Fernando Alonso ya ha dicho que si no tiene un coche competitivo, incluso se planteará el salto a otras disciplinas.