Un año sin Niki Lauda, leyenda de la Fórmula 1

Se cumple un año de la muerte de Niki Lauda, tricampeón de Fórmula 1, a los 70 años de edad, acontecido el 20 de mayo de 2019. Su desaparición tiñó de luto el Gran Circo y dejó un hueco en el paddock imposible de reemplazar.

Al parecer, alguno de los medicamentos prescritos durante su comparecencia comprometieron su función renal, por lo que tuvo que recibir tratamiento de diálisis en una clínica suiza.

 

 

La salud del ex piloto austriaco había comenzado a resentirse a mediados de 2018 cuando fue sometido a un trasplante de pulmón en su Viena natal, permaneciendo hospitalizado varios meses.

Posteriormente, a principios de 2019 fue internado de nuevo por una gripe. Desde esa fecha, Niki Lauda había permanecido alejado de los circuitos donde su presencia había sido habitual hasta entonces.

El autor del fichaje de Hamilton por Mercedes

Niki Lauda ejercía el cargo de Presidente no ejecutivo de Mercedes, escudería a la que estaba íntimamente vinculado. De hecho, solía acompañar al equipo en sus desplazamientos a los Grandes Premios. Junto a Toto Wolff, jefe de la formación germana, formaba un tándem indisoluble.

Precisamente, una de sus grandes contribuciones para la escudería de la estrella consistió en el fichaje de Lewis Hamilton. Sin duda, una incorporación estelar que solo alguien con el magnetismo y galones de Niki Lauda pudo conseguir.

 

 

Como resultado de aquella operación, ahí están las cuatro coronas certificadas por el corredor británico con las flechas plateadas y una por Nico Rosberg. También contribuyó a la época de dominio absoluto de Brackley en la era híbrida con cinco Mundiales de Constructores consecutivos desde 2014.

Un legado imperecedero

Protagonista de algunas de las mejores carreras de la especialñidad, Niki Lauda nos legó una huella imperecedera y un vacío irreemplazable. Convertido en uno de los mitos de la Fórmula 1, inspiró a varias generaciones de pilotos.

Se marcha así una de las rutilantes estrellas que brillará eternamente en el Olimpo de la Categoría Reina. Estamos ante uno de los más grandes en la Historia del Motorsport.

Dotado de un talento y personalidad únicos, dominó y sobrevivió a los años 70 y 80, época marcada por los fallecimientos de corredores. Niki Lauda se ganó el corazón de todos los aficionados -y el respeto de sus rivales- tras un terrible accidente en 1976.

 

 

Su lección de coraje y capacidad de superación para enfrentarse a las secuelas del choque le convirtieron en un icono universal. Nacía así una leyenda forjada con el carácter de los héroes del deporte. La figura de un extraordinario campeón e icono de la Categoría Reina pasaba a ser una fuente de inspiración para infinidad de pilotos.

 

Éxitos en la Fórmula 1

Sobran las palabras para describir a un piloto tricampeón del mundo con las dos formaciones más importantes de su época: Ferrari y McLaren. Con el conjunto de Maranello se coronó en 1975 y 1977.

 

 

Tras su primera retirada, regresó en 1982 para certificar su tercer título con la escudería de Woking dos cursos después. En la categoría Reina, Niki Lauda disputó 171 Grandes Premios de Fórmula 1. Certificó 25 victorias, 54 podios, 24 pole positions y 24 vueltas rápidas.

El accidente que lo convirtió en un mito

Más allá de sus indudables éxitos en la Categoría Reina, Niki Lauda siempre será recordado por su carrera contra la muerte en 1976. El 1 de agosto de aquel año sufrió un terrorífico accidente en el Gran Premio de Alemania disputado en el antiguo Nürburgring.

 

 

Tras una salida de pista en el el Infierno Verde, su Ferrari 312T2 impactó contra las protecciones. Regresó al asfalto convertido en una bola de fuego. Instantes después fue embestido por otro monoplaza.

Solo la valerosa intervención de cuatro pilotos y un comisario, que se jugaron su propia vida para rescatarle de un coche convertido en un amasijo de hierros y llamas, pudo arrancarle de las garras de la muerte.

 

 

No obstante, sufrió quemaduras en el setenta por ciento de su cuerpo. Su situación fue tan crítica que recibió la extremaunción en el hospital donde estaba ingresado. Pero, Niki Lauda sacó esos arrestos que solo él poseía y se recuperó.

A pesar de ello, su rostro y el resto de su anatomía quedaron visiblemente marcados por la tragedia. De hecho, cuenta la leyenda que su esposa se desmayó cuando le retiraron el vendaje del desfigurado rostro de su marido. Con una voluntad de hierro, regresó solo ¡seis semanas! después en el Gran Premio de Italia. En el Autódromo de Monza logró un increíble quinto puesto, considerado una hazaña irrepetible.

 

 

Al finalizar la carrera, las vendas que cubrían su cabeza estaban completamente cubiertas de sangre. Evidentemente, las heridas físicas de la tragedia todavía no habían cicatrizado. Es más, el simple contacto de su piel con la ropa y el casco le provocaban dolores insoportables.

A pesar de esta gesta, no pudo evitar el título de James Hunt, con quien protagonizó una de las mayores rivalidades en la Fórmula 1. Sin embargo Niki Lauda consiguió un éxito más importante: convertirse en una leyenda deportiva y social.

 

 

Dos años más tarde sumó su segundo entorchado con Ferrari y tuvo el valor de abandonar Maranello. En aquella época, dicho gesto resultaba impensable con el todopoderoso Commendatore. Fichó por Brabham donde compitió en 1978 y 1979, temporada en la que se retiró.

 

Un título tras ¡dos años inactivo!

Aburrido de su nueva vida, Niki Lauda regresó a la competición en 1982. A pesar de su edad e inactividad durante dos temporadas, quería demostrar que podía derrotar a la nueva generación de estrellas.

Prácticamente nadie daba un euro por él. Pero pronto demostró que se equivocaban. Persuadió a la tabacalera Marlboro, sponsor de McLaren, para ser allí el nuevo compañero de Alain Prost. Gracias a la combinación de veteranía y juventud, formaron una de las parejas más sólidas de la Categoría Reina.

 

 

Niki Lauda solo necesitó tres carreras para volver a ganar. Sucedió en el Gran Premio del Oeste de los Estados Unidos. Dos cursos después, en 1984, se convirtió en tricampeón del mundo por tan solo medio punto de ventaja frente a su compañero Prost.

Consciente de que su tiempo en la Fórmula 1 había pasado, supo colgar el mono en el momento álgido de su trayectoria deportiva. Se marchó definitivamente en el Gran Premio de Austria de 1985.

No te olvidamos, Niki.

Imágenes: Ferrari, Mercedes, F1.com.

 

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