Por M. C. – foto: nascar.com | C’est fini. Adiós a la competición de NASCAR por esta temporada. Tras 36 semanas de carreras, la Monster Energy Cup ha llegado a su desenlace en la espectacular cita en el Homestead-Miami Speedway. Y el final ha sido digno de la intensidad de la competición americana: con una potente lucha en las últimas vueltas entre Kyle Busch y Martin Truex Jr.
Pero no hubo premio para Busch, ya que el 78 de Toyota supo mantener la presión y cruzó la bandera a cuadros en primer lugar y con ello se hizo con el título de campeón. Era el momento de gloria de Truex, quien puso el broche de oro a una temporada “de ensueño” en la que ya había cruzado la meta en primer lugar otras siete veces.

Finalmente, los otros tres finalistas con opciones de victoria se quedaron a las puertas de repetir título. Cabe recordar que Kyle Busch, Kevin Harvick y Brad Keselowski ya habían logrado alzarse con el máximo galardón en anteriores ediciones, mérito que todavía no conocía Truex Jr.

La emoción, la protagonista

Sin embargo, más allá de la resolución final de la carrera, fue un día de emociones por todo lo alto. La primera, la del ganador, Truex que reconocía que había hecho realidad su sueño. Pero también la todo su equipo, y en especial la de su novia, Sherry Pollex, en plena lucha contra el cáncer. Pero no fueron las únicas dosis de emoción de la jornada, también fue el día de la despedida de la superestrella de la NASCAR, Dale Earnhardt Jr., curiosamente amigo personal del triunfador Truex. De hecho, ambos compartieron escenario en el momento de los homenajes.