(fotos: formula1.com)

Ganó Nico Rosberg en Bélgica, y lo hizo con autoridad, doble noticia porque su triunfo aprieta el mundial y sobre todo por cuanto que rompe la tiranía de Hamilton en las últimas semanas. Y sin embargo, la jornada en Spa deja como destacado el espectacular accidente de Magnussen en la vuelta quinta, cuando cedió el control de su Renault y se empotró contra las protecciones.

Afortunadamente, el danés está bien (sólo una lesión en el tobillo que le hace ser duda para Italia) y todo quedó en el susto por lo que podría haber sido mucho peor. El incidente fue el gran sobresalto de una carrera que ya había arrancado trompicada en la salida, con Raikkonen, Vettel como protagonistas, y sobre todo un Verstappen que quedaría marcado ya para toda la mañana, pese a la agresividad posterior que imprimió en su conducción. Volviendo a Magnussen, su accidente en la sexta vuelta llevó al Safety Car a la pista, con Fernando Alonso y Lewis Hamilton ya en plena recuperación tras salir en los últimos lugares. El español llegaría a tocar el cuarto puesto tras una remontada sensacional, antes de ser rebasado por el propio Hamilton, Pérez y Vettel y finalizar séptimo.

Remontadas

El líder del mundial avanzaría aún más en su cabalgada, hasta toparse con un sólido Ricciardo que le impidió la competencia y le dejó en un tercer puesto que mantiene las cosas igual en la general, tras una mañana positiva para los Force India y en la que un pinchazo rompió las expectativas de la interesante sesión de Carlos Sainz. Por delante de todos, Rosberg vivió ajeno a los poblemas de la carrera y gobernó con limpieza toda la mañana: su triunfo acorta distancias con su compañero Hamilton (232 por 223 puntos) y mantiene el Mundial en vilo. Italia dirá hacia dónde camina esta nueva tendencia.