por M.C. – foto: @marcmarquez93 | Los sustos pueden servir para espolear y fortalecer o por el contrario para generar dudas e inseguridades. En el caso de Marc Márquez parece evidente que el susto del Gran Premio de Argentina, con la polémica caída de Valentino Rossi y el rechazo a su agresiva forma de adelantar, ha tenido consecuencias: le ha hecho si cabe más fuerte. Una muestra de ello es lo conseguido este fin de semana en el GP de Francia donde el piloto español de Repsol Honda Team logró su tercer triunfo consecutivo esta temporada.

Márquez cuenta por victorias las carreras posteriores al GP de Argentina: incontestable en la cita de Austin, el Americas GP, uno de sus circuitos favoritos; dominador único en Jerez, en el GP de España; y triunfador incluso en el GP de Francia, uno de los grandes premios que se le resistía desde 2014. Con esta racha, además, su liderazgo al frente del Mundial parece inamovible.

En Lemans el número 93 de la parrilla se la jugó con neumáticos duros y al principio lo pagó con menos velocidad pero con el paso de las vueltas las piezas le fueron encajando. Primero aguantando los envites de los rivales y adelantando con limpieza y cabeza. Después la jugada le salió redonda: su principal contrincante por el Mundial, Andrea Dovizioso, volvió a caerse y a sumar dos carreras en blanco y luego Johann Zarco y su Yamaha se fueron al suelo, cuando el francés lideraba la prueba. Todo se ponía de cara para el piloto de Honda y no falló. A su ritmo, con una moto que marca buenos ritmos y con un neumático duro que con el paso de los kilómetros respondió a la perfección, Márquez se llevó el triunfo.

Petrucci y Rossi, secundarios de lujo

Como secundarios de la carrera cabe destacar a Danilo Petrucci, que acabó segundo con la Ducati no oficial, y a Valentino Rossi que dejó en buen lugar a las Yamaha. Las celebraciones ya fueron otra historia. Como cabía esperar por los desencuentros previos, el champán no consiguió limar las asperezas surgidas en la pista entre los campeonísimos Márquez y Rossi y apenas se miraron. El tiempo dirá si se consigue suavizar.

En el plano de los claroscuros se quedó el ídolo local, Zarco, que había logrado la pole pero no pudo certificar su buena línea al caerse en la recta final de la carrera. También quedó en las sombras la buena primera parte de Jorge Lorenzo, que dominó por momentos la cita, pero que acabó relegado a la sexta posición. El balear de Ducati no vive su mejor época y asiste a la presión que rivales y compañeros de equipo (Dovizioso) hacen sobre él de que probablemente el año que viene no conduzca la moto oficial italiana…