Por H. Mayor – foto: f1.com | Aunque todo apunta cada vez más a un desenlace épico en Abu Dhabi, el desarrollo del Mundial a su paso por Spa este domingo pasado y por Monza en su próxima cita, puede ser un importante punto de inflexión a futuro. Dos circuitos de gran exigencia en términos de velocidad y potencia que ponen a prueba la evolución de las máquinas en la recta decisiva. En Bélgica se lo llevó Hamilton a bordo de un Mercedes que sigue dando pasos en el término técnico, y siega otros siete puntos a Sebastian Vettel, que sin embargo estuvo muy cerca de hacerse con la victoria. Otros siete puntos son los que quedan de distancia entre ambos, a falta de sólo ocho carreras.

La vuelta 32 estuvo a punto de decantar la carrera, recién salido de pista el safety car, y con el ataque de Vettel en la recta de Kemmel que quedó a la orilla de cambiar el curso de los acontecimientos. Aguantó Hamilton, pero los adelantamientos por detrás de Ricciardo y el recién renovado Raikkonen sobre Bottas indican que en términos técnicos la batalla entre Mercedes y sus oponentes va a resultar angustiosa.

Espectáculo

La carrera perdió un eje del espectáculo con la rotura de Max Verstappen en los inicios y la tristeza de más de 30.000 seguidores que le acompañaban. Espectacular fue también la irrupción de Fernando Alonso en la salida, para colocarse séptimo en una maniobra excepcional… y luego verse ampliamente superado en las primeras rectas cuando el que debía responder era el coche. Su frustración quedó patente por radio, antes de abandonar una vez más por una súbita pérdida de potencia.

La buena noticia estuvo en la buena carrera de Hulkenberg que empieza a sacar réditos de su mejorado Renault, mientras los Haas también arañaron puntos. Mal día para Force India (accidente incluido) y gran carrera de Carlos Sainz para arañar un punto más con un monoplaza inferior y una escudería que no parece respaldarle.