por H. Mayor – foto: f1.com | A años luz de las posiciones de honor, más bien en los bajos fondos del Mundial, y sin embargo uno de los focos de atención más habituales este año en la actualidad de la Fórmula 1. La pesadilla en la que McLaren y Honda se han embarcado de la mano es ya un tema recurrente, a la vez que una situación poco equiparable a otras anteriores.

Con la histórica escudería británica hundida en lo más hondo del Mundial (incluyendo a su bicampeón Fernando Alonso) y con un coche sin fiabilidad alguna e incapaz de competir con casi nadie, los rumores que hablaban a principios de temporada de un temerario cambio de motor sobre la marcha han ido dejando paso a una posibilidad muy real. Real, pero a la vez, nada sencilla. Relaciones contractuales y la situación de las diferentes opciones deja las posibilidades muy reducidas a los británicos a fecha de hoy.

«El que diga que en la F1 no habla con todo el mundo y explora todas las posibilidades a su alcance, simplemente miente», explicaba recientemente Jonathan Neale, director de operaciones de McLaren. En otras palabras, que han sopesado todas las opciones, ya incluso para intentar aminorar los daños de una temporada que parece abocada, no ya al fracaso, sino a un absoluto bochorno.

Margen escaso

El margen de maniobra, sin embargo, es escaso. La primera opción en tomar forma fue la de Mercedes, pero la entidad alemana ya denegó la posibilidad de facilitarles un propulsor para esta temporada. También parece clara la negativa de Ferrari, la otra opción estrella.

La tercera vía abierta en principio sería la de Renault. Un aparato que tampoco destaca a priori por el salto competitivo que pueda dar en el corto plazo, pero que al menos presenta un mayor ratio de fiabilidad que el actual. El problema es el contrato que une a la escudería británica con Honda hasta el año 2021 y la inexistencia de escenarios en los que fuera factible romperlo. «No hay una carta para retirarnos de la F1 como Honda, hay un contrato y la premisa es continuar; McLaren no puede utilizar otro motor y no estamos hablando de eso tampoco», explicaba al portal Sportiva Masashi Yamamoto, responsable de competición en Honda.

El planteamiento de McLaren para este mismo año sería por tanto tortuoso: no sólo los problemas de afrontar un cambio de motor a mitad de temporada, sino paralelamente el más que posible conflicto con Honda en los tribunales. La posibilidad del acuerdo amistoso pactado sí que sería más factible a final de temporada, también teniendo en cuenta el enorme desgaste de imagen que la factoría nipona sufre este año y las opciones que parecen abiertas de mantenerse en la F1 con un nuevo proyecto de motores para otra escudería (Toro Rosso).

Binomio actual

En el lado diplomático, permanece la postura de mantener el binomio actual y la confianza en un golpe de mano por parte de Honda para desarrollar al fin máquinas competitivas y de calidad. Esa esperanza (reforzada por expectativas de que, en efecto, puede ser así) o seguir ahondando en el precipicio. La que sí parece cada vez más lejana, en cualquier caso, es la opción de cambiar motor este mismo año. Todo apunta a que tocará esperar a final de temporada.