por M.C. – foto: @DucatiMotor | Cuando todo el mundo hablaba de él por sus malos resultados y por su posible adiós de Ducati, entonces se volvió a hablar de él pero por su gran victoria. Así es la historia de Jorge Lorenzo. Con carácter diferente, tildado de fino en su pilotaje, el español llegaba este pasado fin de semana a Mugello, uno de sus circuitos favoritos, más necesitado que nunca de un buen premio. Y lo logró de la mejor forma: dominando la carrera y llevándose el GP de Italia, una de sus citas talismán. Porque lo de ganar en tierras italianas no es nuevo para Lorenzo, ya lo había hecho en otras seis ocasiones (cinco en MotoGP y una en 250cc).

El balear partía de la segunda posición en la parrilla y pronto se puso a liderar la prueba. A partir de ahí marcó un ritmo alto y vio como sus perseguidores, entre ellos su compañero Andrea Dovizioso, no podían alcanzarle. Cada vuelta aumentaba el disfrute de Lorenzo sobre su Ducati 99 y también se confirmaba que su elección de neumáticos duros había sido un éxito. Y llegó la bandera a cuadros convirtiendo el GP de Italia 2018 en “el día más feliz de su vida”, según el propio piloto. Sacó de nuevo, más de año y medio después, su bandera y la clavó en la que puede considerarse realmente ‘Lorenzo’s land’, como atestiguan sus triunfos en 2011, 2012, 2013, 2015, 2016 y 2018 (amén de 2006 en 250cc).

Valentino Rossi, otro de los triunfadores en su casa

Pero no solo corrió Lorenzo en Mugello, tras él Dovizioso se hizo con el segundo puesto en el podio y destacó Valentino Rossi. Il Dottore, el gran ídolo local, terminó tercero, lo bordó en la clasificación y se hizo con la pole, aunque ya en carrera no fue capaz de cazar a las Ducati y mantuvo su propia lucha por el tercer puesto con las Suzuki de Iannone y Rins.

En la parte menos alegre se enmarca la caída de Marc Márquez (Repsol Honda Team) en las primeras vueltas, que le dejó fuera de todas opciones, aunque volviera a pista en búsqueda de algún punto de consolación. Un premio que no acabaría consiguiendo. Pero más allá del maltrecho resultado, que aun así le permite al español seguir liderando el Mundial de MotoGP con solvencia, lo más negativo fue la reacción de Mugello: aplaudiendo la caída de su ‘archienemigo’ Márquez… Pedrosa y Nakagami fueron otros de los que terminaron por los suelos.