por H. Mayor – foto: f1.com | Seguido como una de las grandes joyas por pulir en sus inicios, y gran promesa de la parrilla, la carrera del polaco Robert Kubica se detuvo de súbito con el trágico accidente sufrido en el Rally de Andora (Italia) en febrero de 2011, y las graves secuelas que el mismo le dejó, en principio hasta dejarlo inhabilitado para volver a la alta competición. Pero la vida muchas veces es superación, y el caso de Kubica lleva camino de ser uno de esos que lo demuestran.

El equipo Renault le ha confirmado ya, con el beneplácito de la FIA (que ha confirmado que su Superlicencia sigue vigente), como piloto para los test posteriores al GP de Hungría de este fin de semana. Él viene ya de haber cogido sensaciones positivas en sendas pruebas en Cheste y Paul Ricard, a bordo del Renault de 2017, pero esta prueba es un paso que va más allá: se pondrá a los mandos del actual RS17, en lo que todos coinciden en señalar como un test decisivo que la propia escudería le va a hacer para comprobar su estado actual.

Lentamente, el reencuentro de Kubica con la F1 va quemando etapas. «No, no vamos a cambiar de plan ahora, seguimos con Jo Palmer», sentenciaba hace unos días Cyril Abiteboul, manager de Renault, dando por zanjado el rumor de un cambio ya esta misma temporada que devolvería a Kubica a la parrilla en sustitución del decepcionante Palmer.

Para 2018

El propio Abiteboul confirmaba que las maniobras actuales van encaminadas a saber si el polaco sería capaz de volver a pilotar un F1 moderno en  2018, siete años después de la última vez: «Necesitamos investigar con más precisión cual sería la capacidad real de Robert de pilotar otra vez un coche moderno, y de hacerlo en el contexto de una carrera».   

Robert Kubica partía en aquel fatídico año 2011 como uno de los grandes atractivos de la temporada en la F1, a bordo del Lotus Renault y con las expectativas de una evolución impresionante. Seis años desde aquel fatídico accidente, ahora volverá a sentir el tacto del volante en las pruebas posteriores a Hungría. Unas pruebas que también serán a sí mismo.