Por H. Mayor – foto: Rossi  | El pasado 31 de agosto, el Doctor se fracturaba la tibia y el peroné derechos practicando enduro. Una lesión a priori de tratamiento largo y lento, un mes largo de plazo en principio. Pero Valentino Rossi se empeña en correr por delante de las previsiones. El piloto italiano se ha estado probando sobre el asfalto de Misano y el objetivo de regreso es muy cercano: en el Gran Premio de Aragón.

¿Llegará? «Es prácticamente imposible», anunciaba Yamaha en un comunicado en el que además anunciaba a Van der Mark para sustituirlo este fin de semana. Sin embargo, Rossi no ha cerrado toda la puerta: aún con la necesidad de usar una muleta, el nueve veces campeón se subía este lunes a una R1 para dar unas vueltas por el circuito de Misano. Una prueba corta y poco concluyente, interrumpida por la lluvia. Él ha pedido hasta mediados de semana para decidir.

Regreso prematuro

Su regreso prematuro a las pistas tiene mucho de cosmético si a efectos clasificatorios se refiere. Rossi está cuarto en el Mundial, a 42 puntos del liderato compartido por Márquez y Dovizioso, una distancia prácticamente imposible de enjuagar en sólo cuatro carreras y con su propio compañero Maverick Viñales también por medio y mucho mejor posicionado (a sólo 16). Lo que mueve algo así es fundamentalmente el propio carácter competitivo e infatigable del Doctor.

«Le dolía mucho la pierna pero lo intentará», comentaba su padre al final del test en Misano, apenas 7-8 vueltas antes de parar por la lluvia. Si el miércoles decide seguir adelante, la siguiente prueba sería en los libres del viernes ya en Aragón. Allí debería confirmar sensaciones y obtener el visto bueno del equipo médico para correr. Todos lo ven muy complicado, incluso poco recomendable, pero ninguno se atreve a cerrar por completo la puerta.