Este artículo bien podría haberse titulado “¡enséñame la pasta!”, la célebre frase de la película ‘Jerry Maguire’, protagonizada por Tom Cruise y Cuba Gooding Jr. en 1996. Inesperadamente, los primeros test de pretemporada de 2022, que acogerá del 23 al 25 de febrero el Circuito de Barcelona, se celebrarán a puerta cerrada.

Además de la ausencia de público en las gradas, los ensayos españoles carecerán de cobertura televisiva y de la tabla de tiempos suministrada de forma oficial por el Gran Circo. Tan sólo a la conclusión de cada jornada, se facilitará alguna imagen e información de la actividad de los equipos en la pista.

Es decir, los entrenamientos más esperados de los últimos tiempos, ya que acogerán el estreno de los monoplazas de la revolucionaria era a punto de nacer, no podrán seguirlos los fans por ningún medio. Y para que el desprecio fuera absoluto, los ensayos se han llegado a calificar como ‘shakedown’, intentando además que los equipos oculten en sus decoraciones oficiales en Barcelona.

Por el contrario, los entrenamientos nombrados oficiales, que se celebrarán del 10 al 12 de marzo en el Autódromo de Sakhir en Baréin, contarán con todos los factores suprimidos en la cita española.

Tras una temporada histórica, la épica lucha por el título atrajo las miradas de millones de seguidores, elevando la popularidad de la Categoría Reina. Previamente al inolvidable Mundial de 2021, iniciativas como la serie de Netflix sobre el Gran Circo o la potenciación de su actividad en las redes sociales, les habían permitido acercarse a un público mucho más joven, el cual hasta ahora no se había sentido atraído por este deporte. Sin duda, se están dando pasos en la dirección correcta para convertir a la Categoría Reina en un producto global… y más rentable

Un grave traspié de Liberty Media

Sin embargo, la compañía propietaria de la Fórmula 1 tras desembolsar 7.000 millones de dólares en 2016 ha cometido un grave error. Aunque Liberty Media necesita recuperarse del batacazo económico de la temporada 2020, cuando el COVID vació los circuitos –perdió 386 millones de dólares- y las arcas de la empresa estadounidense, no parece que la iniciativa sobre los test de Barcelona sea el mejor modo de sanear su cuenta de resultados.

Detrás de la decisión de degradar a los test de España a un segundo plano sólo existe una razón económica, tan comprensible como poco afortunada para una multinacional. En este sentido, resulta evidente que Baréin ha pujado muy fuerte para concitar toda la atención mediática y pública en su autódromo. No en vano, desvelar al mundo los bólidos que darán la bienvenida a una revolución normativa, les permitirá obtener la proyección internacional que persiguen.

El problema aparece cuando se llega a esta solución perjudicando seriamente a una parte del público -muchos fans ya tenían los viajes programados- y a una sede clásica del Mundial. De hecho, el trazado catalán ha estado presente en el calendario ininterrumpidamente desde 1991. Eso por no hablar de que las entradas vendidas para el GP de España 2022 incluía el acceso gratuito a las pruebas invernales en Cataluña. Por todas estas razones, el agravio comparativo entre Barcelona y Sakhir salta a la vista.

Dar la espalda a los fans

Defenestrado en 2007 el antiguo ‘mandamás’ del Gran Circo, Bernie Ecclestone, sus ‘herederos estadounidenses’ deberían pensar que el mayor activo que posee este deporte, así como cualquier otro, son sus aficionados. Precisamente, ellos forman parte de las millonarias audiencias que atraen a patrocinadores con presupuestos desorbitantes.

Y aunque es cierto que la Categoría Reina ha demostrado su gran capacidad para designar sedes sin tradición automovilística y disputar carreras en circuitos desiertos si hay buenas inversiones por medio, en esta ocasión han ido demasiado lejos. Hechizada por suculentas ofertas económicas, la Fórmula 1 ha dado la espalda a los fans.

Imágenes de Test de pretemporada en Barcelona: Circuito de Cataluña.

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