El 21 de enero de 2001 se mantiene como una fecha memorable en la Historia del Motorsport. Aquel día Jutta Kleinschmidt se convirtió en la primera y única mujer que ganó el Dakar.

Su hazaña con la bandera a cuadros como testigo tuvo un especial regusto personal para la piloto alemana. Derrotó a un contrincante muy especial: su antiguo novio y favorito, el francés Jean Marie Schlesser.

La alemana se llevó la victoria final en una carrera inolvidable y muy emocionante. Durante los 10.219 km del recorrido se vivieron duelos apasionantes, adelantamientos increíbles, polémicas, sanciones y denuncias. Y todo ello, aderezado con un inesperado desenlace que habría firmado Alfred Hitchcock, el mago del suspense.

Pasión por las carreras

Antes de coronarse en la prueba más dura del mundo, la veloz germana ya había sobresalido dando gas en diversas disciplinas. Tanto es así que esta ingeniera tomó una decisión que cambió su vida para siempre.

Abandonó su empleo en el Departamento de Desarrollo de BMW para ganarse la vida con su gran pasión: las carreras. Desde muy joven, la primera mujer que ganó el Dakar se sintió atraída por las motocicletas.

Primeros éxitos

Después de demostrar su talento en diversos rallys, en 1988 dio el salto al Rally París- Dakar. Apenas cuatro años más tarde, comenzó a brillar. Finalizó primera en las clasificaciones femeninas de los Rallys París-Cape Town y de los Faraones. Por aquel entonces, su destreza a lomos de cualquier montura, ya resultaba evidente y apabullante.

Posteriormente, corrió durante cuatro años en la categoría de motos del Dakar hasta que en 1995 cambió las dos ruedas por las cuatro. Después de un vertiginoso periodo de adaptación, ganó su primera etapa en la mítica carrera en 1997.

Curiosamente, lo consiguió al volante de un buggy de Jean Marie Schlesser, con el que había sido pareja sentimental. Hasta entonces, ninguna piloto había logrado jamás un hito similar. También en esta hazaña, la única mujer que ganó el Dakar, fue pionera.

El decisivo fichaje por Mitsubishi

Conscientes de su potencial, Mitsubishi llamó a su puerta en la temporada de 1998. Ese fue uno de los momentos clave en su trayectoria deportiva. Subida a un coche competitivo, el legendario Pajero Evo, que ella misma había ayudado a desarrollar, demostró su inmensa velocidad.

Concluyó tercera en 1999 y quinta un curso después en el Dakar hasta que llegó 2001. Por cierto, a pesar de este gran rendimiento, la firma de los tres diamantes estuvo a punto de despedirla a la finalización de dicha temporada. ¡Menudo error que habrían cometido!

El mítico Dakar de su vida

Jutta Kleinschmidt no partía como favorita en el Dakar de 2001. Sin embargo, la cruenta batalla entre el japonés Hiroshi Masuoka y los buggys de Schlesser y de su escudero español, José María Serviá, le allanaron su terreno. Porque este trío masculino protagonizó una guerra sin cuartel durante las veinte etapas del raid.

Una de esas luchas extremas derivaron en una acción antideportiva que sería determinante para el desenlace de la carrera. Sucedió en la antepenúltima jornada. Schlesser y Serviá se saltaron el orden de la salida para dejar atrás a su enemigo Masuoka.

El español y el francés recibieron una sanción de una hora, por lo que este último perdió el liderato de la clasificación general provisional.

El ex novio de Jutta Kleinschmidt recurrió la penalización al considerar que los comisarios se habían excedido en el castigo, alegando que su acción se había debido a un malentendido.

Mientras, su contrincante nipón también había perdido mucho tiempo. De hecho, una avería en la suspensión cuando trataba de adelantar a Serviá en aquel famoso día, le había dejado lejos de las posiciones de privilegio.

La reina alemana se corona en el Dakar

De ese modo tan rocambolesco, pero también gracias a su extraordinario talento y regularidad y velocidad, la teutona se aupó a la cima de la tabla. No abandonó dicha posición hasta cruzar la meta en las playas de Senegal.

La reina del Dakar aventajó en 2 minutos y 39 segundos a Masuoka y en 23 minutos y 29 segundos a su íntimo y personal adversario: Schlesser.

Por tanto de nada le sirvieron a éste sus siete triunfos parciales, ni al japonés los cinco que se anotó. Sus rencillas permitieron que la corredora nacida en Colonia en 1969 se coronara con un solo triunfo.

Las imágenes de la primera mujer que ganó el Dakar rodando por el Lago Rosa forman parte de la leyenda del Motorsport. No obstante, Jutta Kleinschmidt no respiró tranquila hasta varios meses después, cuando la organización desestimó definitivamente las alegaciones de su antigua pareja.

La diosa fortuna quiso que en 2002, la teutona terminara segunda, precisamente por detrás del nipón Masuoka, quien vio así su sueño cumplido. Cerró su participación en el raid más duro del mundo con un tercer puesto en 2005.

Imágenes Jutta Kleinschmidt. com