Desde que se despidiera de la Fórmula 1, Fernando Alonso no ha parado de explorar diversas especialidades automovilísticas. Desea descubrir nuevos horizontes y territorios dentro del Motorsport. Y desde luego que no pierde la más mínima oportunidad de ello. Resulta evidente que como el propio asturiano afirmó: “Estar en el sofá de casa me aburre”.

En esta ocasión el ovetense se ha atrevido con las carreras de coches sobre hielo y nieve. Sí, has leído bien: NIE-VE. ‘El Nano’ se ha desplazado este martes hasta el Circuito de Andorra en Pas De La Casa.

Una vez allí se ha puesto al volante de unos vehículos ‘racing’ muy especiales. Concretamente, se ha subido a dos máquinas de las G-series, así como a una de la categoría GS2. Dichos misiles, con una potencia de 300 y 200 caballos, respectivamente, no resultan nada sencillos de domar sobre la deslizante superficie por las que trotan.

Pues la experiencia no ha podido resultar más satisfactoria… y espectacular. A pesar de que jamás había conducido este tipo de monturas, ha demostrado unas habilidades sorprendentes para dar gas con ellas.

Así lo han comprobado testigos presenciales de la ‘exhibición’ del bicampeón de Fórmula 1, entre los que se encontraban los propietarios del autódromo andorrano.

Estos últimos, en unas declaraciones recogidas por el diario Mundo Deportivo, han explicado:

“Ha rodado fenomenal. De hecho, se ha adaptado muy bien al hielo. Me ha sorprendido mucho.

Hay que tener en cuenta que los pilotos de Fórmula 1 están acostumbrados a conducir con el coche recto. Sin embargo, no se le hizo nada extraño (a Fernando Alonso) derrapar y pilotar con el coche de lado y probar bien las líneas. Se ha adaptado muy rápido. Es un piloto con mucho talento”.

También han destacado su increíble capacidad de aprendizaje: “No era necesario explicarle dos veces las cosas. Se trata de un piloto que simplemente con ver las cosas una vez ya se le quedan. Sabía siempre qué marcha debía usar. Controlaba el coche y se sentía muy cómodo con él entrando de lado. Y memorizó rapidísimo el trazado”.

Las inquietudes del ovetense en el mundo de las cuatro ruedas no tienen límites. Así lo demuestra su cargada agenda de 2019 a la que se ha unido una nueva misión. Recientemente nombrado embajador de McLaren, Fernando Alonso tendrá la labor de probar el monoplaza MCL34 de 2019. De ese modo podrá asesorar y ayudar en el desarrollo del bólido papaya.

Sus planes deportivos ‘inmediatos’ se inician el próximo 15 de marzo con las 1.000 Millas de Sebring, antepenúltima prueba de la Súper Temporada 2018/2019 perteneciente al Mundial de Resistencia (WEC).

Allí, en el Sebring International Raceway en Florida (Estados Unidos) y subido al TS050 Hybrid número 8 del Toyota Gazoo Racing, defenderá su vigente primera plaza en la General del Campeonato. Continuando con las pruebas del WEC, el 4 de mayo afrontará las 6 Horas de Spa-Francorchamps.

Tres semanas después llegará la cita más importante del año. Tendrá lugar el 26 de mayo cuando tome la salida en las 500 Millas de Indianápolis. Alonso persigue esa victoria en tierra americana que le otorgaría la Triple Corona del Automovilismo.

Posteriormente, del 15 al 16 de junio, cerrará el Mundial de Resistencia con las míticas 24 Horas de Le Mans. En la prueba francesa podría alzarse con el título de la especialidad. ¡Casi nada!

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Fernando Alonso se ha puesto el martes al volante de un coche de carreras sobre hielo en el Circuito de Andorra en Pas De La Casa. El corredor asturiano ha demostrado su gran capacidad de adaptación a la blanca superficie con unas monturas que jamás había probado. Este hombre no para de experimentar en nuevas categorías automovilísticas.