42 horas, 59 minutos y 17 segundos. Ese es el tiempo total que ha necesitado Carlos Sainz para conquistar este viernes su tercer Rally Dakar (2010, 2018, 2020), en la 42ª edición de la prueba que ha estrenado nueva localización en Arabia Saudí.

Así las cosas, tras 7.856 kilómetros, unos 5.000 cronometrados en doce etapas, el madrileño y su copiloto Lucas Cruz han vuelto a hacer historia en el automovilismo mundial.

A lomos de su Mini JCW han ganado cuatro especiales para superar en 6:21 segundos a Al-Attiyah, el gran favorito, y en 9:58 segundos a Stephane Peterhansel.

Además, triunfar con 57 primaveras como lo ha hecho ‘El Matador’, es una heroicidad reservada a los dioses del Motorsport, aumentando aún más su leyenda en el Olimpo de las cuatro ruedas.

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Y hablando de edad, ‘El Matador’ ha ampliado en dos años el récord del campeón más veterano del raid que él mismo estableció hace un par de temporadas, en aquella ocasión todavía en territorio sudamericano.

Siguiendo con las plusmarcas del bicampeón del mundo de rallys, se mantiene como el español con más trofeos del tuareg en la categoría de coches con tres marcas distintas de vehículos: Volkswagen, Peugeot y ahora Mini.

Y continúa como el tercer corredor con más victorias de etapa. Solo Ari Vatananen y Stéphane Peterhansel le superan en este apartado.

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En cuanto a la última especial recortada a 167 km, se la ha adjudicado su gran rival, Nasser Al-Attiyah. El catarí ha superado en 1 minuto y 32 segundos al local Yasir Seaidan, mientras que Orlando Terranova ha cerrado el podio de la jornada.

Cuarto del día ha concluido un brillante Fernando Alonso, que ha firmado un sensacional decimotercero en la tabla definitiva. Solo los percances del segundo día y el reciente vuelco, le han privado de meterse en un Top 10 que por ritmo habría certificado.

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Regularidad y Top 5: El secreto del éxito

Junto a su fiel y extraordinario navegante, Lucas Cruz, ‘El Matador’ ha cosechado un raid simplemente espectacular. Tan brillante como eficaz, la dupla de nuestros representantes ha hecho gala de una gran solidez y regularidad desde los primeros compases de la prueba.

De hecho, se han mantenido en el Top 5 prácticamente en todas las especiales, excepto en un par de ellas (2ª y 8ª). Eso sin olvidarse del elevado ritmo sostenido a lo largo de la prueba.

Dichos factores les han abierto las puertas de un éxito que a priori, dada la teórica superioridad del Toyota Hilux V8 4×4 en las manos de Nasser Al-Attiyah, parecía una quimera.

Además de ese obstáculo han tenido que superar otro aún mayor, puesto que han jugado el partido en el campo del enemigo. No se puede olvidar que una parte esencial de la prueba se ha desarrollado entre arena, dunas y desierto, hábitat natural del catarí.

Y para más inri, el defensor de la corona llegaba extra motivado a la cita. Desplegar la bandera de su país en el territorio de un enemigo regional como es Arabia Saudí, se convirtió en un gran acicate para Nasser.

Ante esta combinación de factores a su favor, Al-Attiyah se postulaba como el principal favorito para llevarse la gloria. Pero, hete aquí que un par de compatriotas se conjuraron para frenarle las intenciones al jefe de filas de Toyota.

Los dos momentos clave… y críticos

Desde la primera especial en la que terminaron terceros han pisado con una gran asiduidad las plazas de podio. De hecho, en la tercera jornada lograron su primera victoria  que les sirvió para ponerse al frente de la General, posición que ya no abandonarían.

Así, han certificado además de cuatro triunfos, tres terceros puestos, un segundo, dos quintos, un sexto y un decimoquinto. Precisamente en la octava etapa tras la muerte de Paulo GonÇalves, las motos no compitieron. Sin embargo, a Sainz y Cruz les tocó abrir pista.

Sin referencias sobre la arena cedieron mucho tiempo. Sin embargo, mantuvieron la calma para salvar los muebles y el liderato en uno de sus peores días en el raid.

El otro instante decisivo que también resultó crucial se produjo en la novena especial, cuando tropezaron con uno de sus escasos errores de navegación, viendo reducida su renta de 8 minutos a 24 segundos. La respuesta a lo campeón fue adjudicarse la siguiente etapa y recuperar parte de esa ventaja por encima de los 18 minutos.

El Mini, una obra perfeccionada por Sainz

Junto a la labor de su brillante y fiel navegante, Lucas Cruz con el que ha sumado los tres trofeos del tuareg, las prestaciones del coche han resultado cruciales para alcanzar la gloria.

Nada más terminar la anterior edición del Dakar, en la que el Mini John Cooper Works Buggy demostró muchas deficiencias, Sainz se propuso solventarlas.

De hecho, él se ha encargado personalmente de desarrollar el coche. Para ello, ha rodado miles de kilómetros con el fin de poder explicar a los ingenieros qué mejoras requería el misil alemán y cómo podían implementarse.

Al margen de algunos cambios como en los sistemas de frenos y suspensiones, la mejora del sistema de hinchado y deshinchado se produjo otra modificación que se ha revelado trascendental. Decidió que se debía reducir doce centímetros la parte delantera del coche, favoreciendo el ángulo de ataque de las dunas.

Imágenes: Dakar.