Cuando apenas restan unas horas para el inicio del Mundial en Austria, el protocolo anti-covid de la F1 ya está perfectamente definido. No en vano, se ha establecido una serie de medidas para convertir los Grandes Premios en un entorno libre de la enfermedad y de posibles contagios.

Así, las carreras se disputarán a puerta cerrada, con un reducido número de miembros de cada equipo y de los circuitos, los cuales estarán semivacíos.

En cuanto a los procedimientos, minutos antes de la salida en la parrilla solo podrá permanecer allí el personal estrictamente necesario de las escuderías. Y tras ondearse la bandera a cuadros, el podio ya no acogerá la ceremonia de entrega de premios ni la ducha de champán.

Las restricciones también afectarán a los periodistas, ya que solo un pequeño grupo seleccionado por la FIA informará ‘in situ, y a los motorhomes, que no poblarán los paddocks, como habitualmente sucedía.

Por último, todos los presentes en estos eventos deportivos deberán seguir unas severas instrucciones (empleo de mascarillas, mantenimiento de distancia social, etc.), sin olvidarse de firmar un Código de Conducta elaborado por el Gran Circo.

Al menos durante las primeras ocho rondas del calendario, esta será la nueva normalidad del deporte.

Carreras a puerta cerrada

Dentro del protocolo anti-covid de la F1, una de las decisiones clave -y más dolorosas- gira en torno a la ausencia de público durante las competiciones. Las gradas estarán vacías sin ese colorido y pasión que suelen lucir.

Huérfanos del calor humano, los autódromos parecerán recintos fantasmagóricos. Así ha manifestado Lewis Hamilton, al afirmar que el ambiente será como el de un entrenamiento.

A pesar de esta fría atmósfera, y a la espera de la evolución de la situación sanitaria, la primera fase del Campeonato se desarrollará a puerta cerrada.

Los equipos, una ‘burbuja’ de seguridad

Como no podía ser de otro modo, el protocolo anti-covid de la F1 se ocupará de las normas a seguir por los equipos. No en vano constituyen una de las principales fuentes de posibles contagios.

Ante esta preocupación, el número de miembros presentes en los Grandes Premios se reducirá a un máximo de 80.

Además, todos los integrantes de las formaciones emplearán mascarillas, soluciones hidroalcohólicas, y pantallas de protección facial en algunos casos.

Por si fuera poco, tendrán que cumplir con la norma del distanciamiento físico. No obstante, será difícil cumplir con este último punto en los garajes, dadas sus pequeñas dimensiones.

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Por ello no es difícil pensar que se provocará un considerable aumento tiempo en algunas tareas, como han reconocido ya algunos jefes de escuderías de la parrilla.

Precisamente para paliar dicha circunstancia, el toque de queda nocturno que impide trabajar en los garajes se reduce de nueve a ocho horas.

El personal de las formaciones tendrá asignado un hotel determinado para cada una de ellas. Así se evitará entrar en contacto con colegas del resto de equipos.

También  se ha planteado la alternativa de hospedarlos en las dependencias de los autódromos habilitadas a tales efectos, algo que se realizará de un modo individualizado en el caso de los pilotos.

Los pilotos, con el casco y los guantes puestos

Obviamente, esas mismas instrucciones también afectarán -con carácter general- a los corredores. Asimismo, se les recomienda ponerse el casco, bajarse la visera y enfundarse los guantes antes de subirse a sus monoplazas, para mantenerse con dichos elementos de protección el máximo tiempo posible.

También se les recomienda que se abrochen los cinturones de seguridad ellos mismos. De este modo evitarán así que otros compañeros se aproximen para realizar dicha tarea.

Además, todo el personal de las escuderías que vaya a estar presente en los eventos, se someterá -antes de viajar- a una prueba para certificar que está libre de coronavirus.

Posteriormente, se le realizarán ese mismo tipo de tests cada cinco días, si bien, en principio se valoró la opción de llevarlos a cabo cada dos.

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También el traslado de los equipos estará sujeto a estrictas normas. Así, viajarán a los destinos de los Grandes Premios en vuelos chárter que aterrizarán en los aeropuertos más próximos a los circuitos.

Tras el aterrizaje, la expedición será directamente transportada a los autódromos o al lugar de descanso determinado.

Como es natural, esta operación se repetirá en sentido inverso al abandonar esa sede rumbo a la siguiente.

Parrillas poco pobladas antes de la salida

La apertura del pit-lane se producirá solo treinta minutos antes de la carrera, retrasándose en diez minutos dicha operación.

Además, las parrillas normalmente abarrotadas minutos antes del inicio de las carreras, aparecerán casi desiertas. De hecho, cada equipo solo mantendrá en ellas un máximo de 40 personas. Nada de invitados VIP.

Y cuando resten cinco minutos para la salida, los coches tendrán instaladas sus ruedas y los mecánicos comenzarán a abandonar la zona. Tres minutos antes de la arrancada, solo permanecerán 16 operarios por escudería. Como era de esperar, desaparece la figura de los invitado VIP y de las celebrities, que suelen pulular por allí saludando a los pilotos.

Ni entrega de premios ni champán en el podio

Una de las ceremonias históricas e icónicas de la especialidad, la entrega de premios en el podio, también se verá alterada por el riesgo de contagio que representa.

Posiblemente, el homenaje a los tres mejores de cada carrera se producirá sobre la pista y tras bajarse de sus monoplazas. Así lo ha propuesto hace unos días Ross Brawn, responsable deportivo del Gran Circo.

No obstante, la decisión final al respecto recaerá en cada cita sobre los hombros de Michael Massi, director de carrera de la FIA.

Por otra parte, la tradicional ducha de champán tampoco se desarrollará como se venía haciendo hasta la eclosión de la pandemia. Se desconoce si las presiones comerciales de la marca de espumoso que lo patrocina permitirán algún acto alternativo con la famosa botella burbujeante como protagonista.

Reducido -y seleccionado- número de periodistas

Siguiendo con las limitaciones, la expedición de la prensa internacional que habitualmente acompaña a la Categoría Reina por todo el planeta se verá sensiblemente recortada. De hecho, la FIA se realizará una estricta selección de los periodistas que podrán estar presentes en las rondas.

No obstante, esos pocos afortunados tendrán prohibido el acceso al paddock y boxes y realizarán las entrevistas manteniendo la preceptiva distancia física.

En relación a las ruedas de prensa, todavía se mantiene la incertidumbre sobre su desarrollo y condiciones, si bien se baraja la posibilidad de realizarlas con un número limitado de corresponsales.

Por último, el equipo audiovisual encargado de las retransmisiones televisivas -capitaneado por los operadores de cámara-, también verá recortados sus efectivos a la mínima expresión.

Sin motorhomes y con una ‘app’ especial

Por otra parte, los espectaculares motorhomes donde residen los equipos durante los Grandes Premios no estarán permitidos. El personal deberá emplear las instalaciones de los autódromos.

El Gran Circo piensa que al tratarse de elementos externos (camiones) que viajarían por varios países antes de llegar a los circuitos, elevarían las posibilidades de transmisión de la enfermedad.

Como ayuda tecnológica, el Gran Circo contará con una aplicación para teléfono móvil denominada Track & Trae. Diseñada para determinar cómo han de actuar los organizadores del evento en caso de detectarse un contagio y para determinar el entorno que ha estado en contacto con el infectado, será una herramienta útil. Así de riguroso se presenta el protocolo anti-covid de la F1.

Imágenes protocolo anti-covid de la F1: Ferrari.