Así nació la tradición del baño de champán en el Motorsport

Una de las imágenes más representativas del Motorsport hace referencia al baño de champán en el podio de cualquier especialidad. De hecho, tras la disputa de (casi) todas las carreras, los vencedores festejan sus éxitos ‘compartiendo’ la ducha de espumoso con los demás miembros de los equipos… y el público.

Sin duda, se trata de una de las tradiciones más arraigadas en las competiciones sobre dos y cuatro ruedas… con permiso de la bandera a cuadros.

Pero, ¿dónde, cuándo y por qué surgió este curioso ritual tan unido a la victoria? Como algunas de las mayores curiosidades, todo se debió a una concatenación de casualidades.

Gurney, el padre del baño de champán

El nacimiento del baño de champán en el Motorsport tuvo lugar en el siglo pasado, concretamente en la década de los 60. Subido a un Ford GT que compartió con A.J. Foyt, Dan Gurney conquistó las 24 Horas de Le Mans de 1967.

 

Después del triunfo, y ya en el podio, se hizo entrega de una botella de la marca Moët & Chandom. Entonces Gurney realizó un gesto que le haría pasar a la posteridad.

 

     (Botella del primer baño de champán en el Motorsport)

 

Agitó el ‘trofeo’ y roció con su burbujeante contenido a los que se encontraban cerca de él. Según explicaba el propio protagonista en una entrevista para conmemorar el medio siglo de su victoria en Francia, se trató de un acto espontáneo.

 

(Dedicatoria botella del primer baño de champán en el Motorsport)

 

Es más, uno de los primeros destinatarios de la ocurrencia fue ni más ni menos que Henry II (Ford), el propietario de la compañía del óvalo. Y a pesar de tratarse de un jefe con una carácter adusto, no se molestó por convertirse uno de los protagonistas del primer baño de champán en el Motorsport.

Aliviado por la respuesta de su superior, el compañero de Gurney, también participó en la original celebración. Nacía una tradición.

Una fuente suiza de inspiración

A pesar de las palabras de Gurney, algunas fuentes indican que al corredor se le ocurrió el baño de champán en el Motorsport un año antes de su victoria. Sucedió en las 24 Horas de Le Mans de 1966.

 

 

El ganador de aquella temporada, el suizo Jo Siffert, recibió como era habitual una botella con el elixir de la victoria. Sin embargo, al parecer estuvo expuesta al sol durante un largo periodo de tiempo.

 

Esta circunstancia hizo que al abrirla en el podio, la presión empujara el líquido espumoso al exterior con mucha fuerza y en múltiples direcciones. Como resultado del ‘percance’, los corredores y otros integrantes de las escuderías próximas a la escena, resultaron bautizados con ese nuevo rito. Nacía la ceremonia del baño de champán en el Motorsport.

El increíble palmarés de Gurney

Aunque Gurney sea famoso por esta anécdota fuera de la pista, también destacó por sus extraordinarios resultados deportivos y polivalencia dentro de ella.

El neoyorquino compitió en la Fórmula 1 entre 1959 y 1970, tomando la salida en 86 Grandes Premios. Firmó 4 triunfos (Francia 1962 y 1964, México 1964, y Bélgica 1967), así como 3 poles, 6 vueltas rápidas y 19 podios.

Sendos cuartos puestos en la Clasificación General de 1961 y 1965 fueron su techo, compitiendo para las escuderías Brabham, Porsche, BRM, Ferrari, McLaren y Eagle (equipo propio).

 

 

Con su éxito a bordo del Eagle MK1 (T1G) en el Gran Premio de Bélgica de 1967 disputado en el Circuito de Spa-Francorchamps, se convirtió en el primer y único americano que ha ganado con un monoplaza diseñado y construido por el propio corredor.

Lejos del Gran Circo, exhibió una extraordinaria versatilidad al volante. Así, finalizó segundo en las 500 Millas de Indianápolis de 1968 y 1969, y tercero en 1970. Asimismo, se alzó con siete victorias y 16 podios en el Campeonato Nacional USAC, clasificándose cuarto en la tabla en 1969.

Además, tomó la salida en 16 pruebas de la NASCAR Cup Series, subiéndose a lo más alto del podio en cinco de ellas.

Después de retirarse, en 1970 creó una escudería llamada All American Racers al otro lado del Atlántico. Fue su máximo responsable hasta 2011, año en el que tomó el testigo su hijo Justin.

Este post se lo dedicamos a la memoria de Dan Gurney, fallecido en 2018 a los 86 años de edad.

 

 

Casi desde su fundación, la formación se convirtió en las competiciones en el país de las hamburguesas. De hecho, se alzó con pruebas tan emblemáticas como las 500 Millas de Indianápolis, las 24 Horas de Daytona o las 12 Horas de Sebring.

 

 

Por cierto, el polivalente personaje también destacó en el campo de la ingeniería. Su mayor aportación en este campo fue la creación del denominado flap Gurney.

Se trata de una pequeña pestaña, que situada en la parte superior de los alerones de los coches de Fórmula 1, mejora el downforce de los mismos.

El presente post está dedicado a la memoria de su protagonista, Dan Gurney, fallecido el 14 de enero de 2018 a los 86 años de edad como consecuencia de una neumonía.

Imágenes de  ‘La tradición del ‘baño’ de champán en el Motorsport’: Wikipedia, IndyCar.

 

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